¡ Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado ! El tiempo de Cuaresmo tiene que llevarnos al convencimiento, que hemos de hacer el firme propósito de no hacer nada que ofenda al hombre, porque si ofendemos a los hombres ofendemos a Dios.

Elle exige una previa reflexión en profundidad de nuestra conducta para arrepentirnos de todo aquello que hemos hecho mal y el propósito de hacerlo bien.

El arrepentimiento y el firme propósito de hacer las cosas bien tienen que ir íntimamente unidos. El cambio exige arrepentimiento de corazón, y confianza plena en la misericordia plena de de Dios. Es conveniente leer la parábola el hijo pródigo y reflexionar sobre la conducta del hijo y del padre.

"Me levantaré, e iré a mi padre y le diré: Padre pequé contra el cielo y contra tí".

Creo que nos puede ser de gran ayuda y beneficio la oración del Beato Carlos de Foucauld:

Padre mío,

me abandono a Ti.

Haz de mí lo que quieras.

Lo que hagas de mí te lo agradezco,

estoy dispuesto a todo,

lo acepto todo.

Con tal que Tu voluntad se haga en mí

y en todas tus criaturas,

no deseo nada más, Dios mío.

Pongo mi vida en Tus manos.

Te la doy, Dios mío,

con todo el amor de mi corazón,

porque te amo,

y porque para mí amarte es darme,

entregarme en Tus manos sin medida,

con infinita confianza,

porque Tu eres mi Padre.

Hemos de partir de la base que Dios nos ama y nos llama al arrepentimiento, si el arrepentimiento es de corazón es prueba de plena confianza en la misericordia de Dios.

En estos días, hemos de fomentar la oración y la reflexión con la finalidad de fortalecernos y tomar conciencia de nosotros mismos y del cumplimiento de nuestras obligaciones.

El tiempo de Cuaresma tiene que ser un tiempo de gracia, donde hemos de tomar fuerzas para reparar nuestras faltas y llenarnos del amor de Dios."Déjate rehace, y vivirás la experiencia de la Pascua"

Reflexionemos sobre el Ayuno, la Oración y la Limosna. Leía que, ayunar es aprender a cambiar nuestra actitud con nuestros hermanos; que orar es renunciar a la autosuficiencia de nuestro yo y comprender la necesidad que tenemos de Dios y que dar limosna es salir un poco de nosotros mismos y darnos a los demás.

Espero que, estas líneas sean de provecho para la presente Cuaresma.