La vicepresidenta del Gobierno ha valorado la estrepitosa marcha de la exportavoz en el Congreso de los Diputados. Carmen Calvo, versus Soraya Rodríguez. Esta última ha pedido su baja en el PSOE por "profundas discrepancias con la dirección del partido en relación a su política con el independentismo catalán". La posibilidad de que tras las elecciones del 28 de abril, el PSOE vuelva a apoyarse en los separatistas para así conformar la necesaria mayoría parlamentaria si se hacen necesarios sus votos, es el motivo alegado por la ex para dar el sonoro portazo que ha dado y que se ha escuchado en toda España.

La vice no se ha andado con paños calientes, ¡Menuda es la Calvo!, a ella sólo puede toserle Pedro Sánchez. Con una dureza propia de la vice ha soltado distintas perlas. En tono recriminatorio se ha descolgado sentenciando; "Los socialistas no abandonan el PSOE". Ni los populares el PP, ni los podemitas Podemos, ni los de la formación naranja abandonan Ciudadanos. Sin embargo, lo que son las cosas, han precedido a Soraya, Silvia Clemente en el PP, Iñigo Errejón en Podemos y Carolina Punset en Ciudadanos, por citar ejemplos sonados. Del abandono no se libra ni un solo partido.

El socialismo no tiene el monopolio de la lealtad como no tiene el monopolio de la fidelidad. En los partidos políticos, también hay que ser valientes, también hay que discrepar cuando no se está de acuerdo. Sólo que los que van a gusto en el machito, las cúpulas, no quieren voces discordantes. Quieren sumisión, sin darse cuenta de que los sumisos no son precisamente los mejores, los más recomendables. La señora Calvo parece que aterriza ahora en política. No cae en la cuenta, porque no le da la gana, porque va a gusto en la burra como lo fue con Rodríguez Zapatero, que la gente honesta, sea del partido que sea, también los socialistas, pues claro que abandonan. Los que no abandonan, aunque no opinen, aunque no piensen igual, aunque discrepen, son los que ambicionan poder, los que esperan la prebenda, en definitiva, los sinvergüenzas.

Soraya Rodríguez ha visto en Sánchez lo que han visto tantos socialistas que no son menos socialistas que estos actuales que disculpan todos los comportamientos y actitudes contrarios a la Constitución y a la unidad de España por parte de los nacionalismos excluyentes, los separatismos y demás cánceres como le han salido a la democracia en España. La señora Calvo ha dado a entender que el portazo de Rodríguez está motivado porque no iba a repetir en las candidaturas socialistas al haberse convertido en una de las voces más críticas a las políticas de Sánchez. Y Sánchez ni olvida ni perdona. En cuanto puede las devuelve con creces. Y porque Susana Díaz está encastillada en Andalucía y enrocada en el PSOE de Sevilla lo que impide que Sánchez le hinque el diente.

La postura más coherente, más honesta y más sensata, cuando la discrepancia es total es hacer lo que ha hecho Soraya Rodríguez o lo que hizo en su día Iñigo Errejón. Lo de Silvia Clemente es otra cosa bien diferente, basada en el techo alcanzado en el PP por comportamientos que están siendo investigados y sus ganas de ser presidenta de esta Comunidad Autónoma. Aunque no sé por qué me da que se va a tener que comer con patatas sus ansias. El trasvase de militantes entre unos y otros partidos está servido. Lo que no pueden hacer los que acogen es sacar pecho. En ciertas huidas subyacen cuestiones de índole judicial. Pues claro que los socialistas abandonan. Y todos los demás también.