La campaña Zamora libre de machotes ha tenido un importante impacto mediático. Medios de comunicación de toda España se han hecho eco de la misma. También las redes se han calentado. Publicitariamente tenemos que felicitarnos por su total éxito. Personalmente me llama la atención el efecto conseguido. No lo consideré una campaña agresiva ni ofensiva. No pretendía ser combativa ni actuar como revulsivo. Y más sorprendida me siento por las reacciones y comentarios que ha generado, que me llevan a ratificarme en la necesidad de seguir realizando campañas de sensibilización en defensa de los derechos de las mujeres.

En el día de hoy, ningún hombre niega los derechos políticos y sociales de las mujeres pero resulta evidente que muchos sí se sienten agraviados cuando se denuncian comportamientos personales machistas, ofensivos y vejatorios. Los piropos machistas, las miradas lascivas, los tocamientos son conductas que deben de ser denunciadas públicamente como actos violentos contra las mujeres. Actos machistas que deben de ser evidenciados y erradicados.

Aunque sean comportamientos comúnmente aceptados e incluso admitidos por muchas mujeres, más del 22% de las participantes en la encuesta de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, consideran que los piropos no son una forma de machismo, e incluso algunas jóvenes reconocen, que se sienten halagadas cuando los hombres las piropean por la calle, están conductas son reprochables. Estos comportamientos son ofensivos para las mujeres. Y más si tenemos en cuenta que los piropos, las miradas y los tocamientos, en muchos casos, están dirigidos a niñas preadolescentes.

Nunca he visto que los hombres se piropeen entre ellos cuando van por la calle. Los machotes no miran a los hombres con lascivia, ni soban a otros hombres. Entre machotes no se practican estas conductas. Los piropos, las sobadas y miradas son conductas que los machitos dirigen hacia y contra las mujeres. Son conducta machistas dirigidas contra las mujeres.Y repito a la mayoría de las mujeres NO nos gustan.

Ser machote es un calificativo cariñoso que se les dedica a los niños varones para fomentar su conducta y reconocer sus valores y cualidades viriles. Pero se puede ser hombre sin ser machote. De hecho, sé es más hombre no siendo machote. Sé es hombre cuando se respeta a las mujeres, no se las insulta, agrede, maltrata o abusa de ellas, tanto en casa como en la calle. Se es un hombre cuando se tiene un trato respetuoso y digno con las mujeres, Y nadie quiere que los hombres se "amariconen" por tener un trato digno con las mujeres. Los comentarios en este sentido han sido numerosos.

Otros comentarios nos han mandado al comunista Guarido y a esta concejala socialista a trabajar en cosas serias. ¡Como que defender los derechos de las niñas y de las mujeres no fuera serio! Cuando protegemos a nuestras vecinas estamos salvaguardando derechos tan básicos, como el derecho a la vida de muchas de ellas, y el derecho a la libertad personal y dignidad propia. Tan importante como pavimentar una calle es educar para que podamos pasear de manera tranquila y respetuosa. Gobernar es también, crear una ciudad donde la igualdad y la libertad personal de la mujeres sea su emblema. Defender los derechos de las mujeres no es tampoco "una monserga" que se ha inventado la ONU, como dicen muchos. Tampoco el feminismo es la "nueva forma del comunismo caducado". Otros comentaristas califican al feminismo como sectario, racista o feminazismo.

Existe una cierta cruzada contra el feminismo, la Fundación Heritage, el Instituto Dignitatis Humanae, los ultranacionalistas europeos, y en España Vox o la Fundación HazteOir ? son distintos portavoces de esta corriente antifeminista. Consideran que "la ideología de género lleva consigo el cuestionamiento radical de la familia y, por tanto, de toda la sociedad" (Monseñor Cañizares, La Razón). Detrás de esta campaña resurge el ideario de la familia tradicional, la "mujer española" (Ortega Smith, 02/03/2019) la teoría católica de la complementariedad de los sexos, la visión ultraconservadora en contra de las políticas de género, el aborto y la familia, entre otras cuestiones.

Resulta por lo tanto necesario desenmascarar este tipo de conductas y seguir actuando contra los machotes y malotes, que con su comportamiento machista y abusivo, avergüenzan a las mujeres y a los hombres.