Los 'sobones' que vayan a sobar a su tía. Esos individuos que se arriman hasta el roce, aprovechando concentraciones de gente, en la cola de la caja del súper, en el autobús, en la acera o donde pillen deberían señalarse con el índice acusador para evitarlos y no tener que pasar por ese momento desagradable del roce en el que no intervienen las manos, pero interviene el cuerpo. Los mirones tampoco son de mi agrado. Hay miradas que desnudan. Para más inri los ojos de muchos hombres no se fijan en los ojos de las mujeres, se van directos al pecho. Si llevas escote o la camisa ligeramente desabrochada y asoma el canalillo, estás perdida.

Los sobones me dan asco. Y haberlos haylos. Los 'voyeuristas' tampoco son de mi agrado. Sé de bastantes hombres, hablo de Zamora, que han colocado en terrazas y ventanas de sus domicilios pequeños telescopios para, en teoría, observar las estrellas, cuando en la práctica los utilizan para observar los movimientos de la vecina de enfrente. Las ventanas abiertas tienen un peligro tremendo. A la hora de desnudarse lo mejor es correr las cortinas o bajar las persianas. No hay que dejar ciertos detalles al albur. De verdad, estamos rodeadas de gente de este jaez insoportable, injustificable y castigable. Así y todo, lo que siempre digo: no podemos demonizar a todos los hombres. No podemos señalar con el índice acusador a todos los hombres por igual y hacerles objeto del rechazo más absoluto. Hay mucha 'cucología' en algunos comportamientos femeninos. Los hay que son unos cabr?itos, y los hay maravillosos, auténticos caballeros. ¿O eso de la caballerosidad también es un síntoma de machismo? ¡Madre mía, dónde vamos a parar! A este paso por una acera deberán ir los hombres y por la de enfrente las mujeres.

Lo que no entiendo es que se arremeta contra un requiebro, que es algo tan bonito. El requiebro es una palabra o expresión de admiración, halago o elogio que se dirige a una persona. El requiebro tiene un sinónimo: el piropo que ha pasado de ser bonito, curioso e incluso divertido a convertirse, por mor de algunos tipos, en un insulto, en algo soez y desagradable. Pero igual que nosotras nos referirnos a ellos con frases como: "está como un tren", "está para hacerle un favor", "con uno como ese tenía yo alegría para toda la vida", 'que culito más rico' o 'que bien le sientan a ese los pantalones', ¿por qué a las mujeres ya ni 'qué elegante eres' o 'qué guapa estás' se les puede decir? Creo que no hay que sacar las cosas de quicio. Y se están sacando. Cierto feminismo, se pasa.

Por supuesto que la ley debe endurecerse para aquellos que nos cosifican, que nos maltratan, que nos ven únicamente como oscuros objetos de deseo, que intentan sobarnos o meternos mano. Pero, ¿por qué hay que cargar contra los demás? Yo quiero una Zamora libre de acosadores, una Zamora libre de maltratadores, una Zamora libre de sobones, pero también quiero una Zamora libre de corrupción, una Zamora libre de ciertos políticos que gobiernan para los suyos y se olvidan de los demás, una Zamora libre de Nepotes, una Zamora libre de imbéciles y gilipollas, una Zamora libre de difamadores, de vecindonas, una Zamora libre de aprovechados, una Zamora libre de rémoras urbanísticas, una Zamora libre de depredadores, una Zamora libre de odios y manías persecutorias, en definitiva, una Zamora más libre y en la que el respeto fuera la norma, pero ya veo que eso es poco menos que imposible, el veto no se extiende a todo lo dicho. Quizá porque es un veto de género.