Respetado expresidente:

Cuando uno no se cree que está ebrio de indignación moral nos gusta sentirnos superiores, presumir de principios y de sabiduría como la que usted difunde con demasiada ligereza cada vez que le ponen un micrófono delante. Deploro sus principios y no veo por ningún lado que su sabiduría deba ser compartida más que por un puñado de socialistas "históricos" que le están agradecidos, entre los que sin duda se encuentran los que escribieron una carta que se publicó en un periódico nacional el día 6 de octubre de 2017 dirigida al actual Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, entonces Secretario General del PSOE. Por entonces usted hizo unas declaraciones desde Chile que un, este sí, histórico socialista dijo que: "usted no era Dios". Parece que no se ha dado cuenta de cómo funcionan ahora las relaciones entre los ciudadanos y los políticos ni entre los militantes de la base del PSOE de hoy y los antiguos líderes del partido.

Si usted está enojado porque el presidente, Pedro Sánchez fue elegido en dos ocasiones por las bases del PSOE para liderar al Partido y porque ganó una Moción de Censura por la corrupción que había descubierto la Justicia en juicio oral y público al PP, o porque el trabajo del Gobierno actual no tiene el resultado que se ajusta a las expectativas de usted, incluso sin haber tenido la más mínima oportunidad de realizar una lectura ecuánime de los proyectos que tiene, me da la impresión que está cabalgando a lomos de sus prejuicios. Lo que usted y unos pocos socialistas que se agarran al cargo como lapas están haciendo, es extraer frases y párrafos mutilados de un contexto discursivo expuesto en la plaza pública por la derecha de la dehesa y eso hay muchos socialistas que no lo podemos admitir sin reprochárselo.

Explíquele a las bases del partido que lo eligieron Secretario General y a los que le apoyaron en el Congreso para ser Presidente por qué se ha convertido en un demonio sin empatía, en un tipo que no da una en el clavo. Que el dirigente del PP se exceda gritando los calificativos más ofensivos que encuentre a mano lo entiendo, todavía le quedan algunos en reserva y los soltará en cualquier momento mientras los insultos de, Pablo 155 Casado, sean considerados "libertad de expresión". Allá él con su delirio de psiquiatra. El otro día mientras vomitaba compulsivamente la retahíla de insultos me venía a la mente la imagen de una de las pinturas de Goya en la que el personaje del cuadro atado a un cepo con una cadena reparte mandobles a diestra y siniestra con una estaca. Nunca creí que yo pudiera estar tan equivocado ¡los iracundos al poder, apoyemos a los brutos! De usted muchos esperábamos que no tomaría decisiones tan precipitadas, pero ya que lo hizo para el reproche hágalo ahora cuando el presidente ha roto el diálogo porque desde el otro lado querían romper la Constitución. Este presidente, hasta ahora el único que habla "idiomas", no ha necesitado "hablar catalán en la intimidad, ni llamar a ETA Movimiento de Liberación Nacional Vasco", ni utilizar atajos para acabar con las bandas separatistas.

En fin que yo que vivo en un pueblo de 38 habitantes me imaginaba que el contacto entre el presidente del Gobierno y los expresidentes sería permanente, o estoy muy equivocado o usted está haciendo la "guerra por su cuenta". Si los canales de comunicación entre los dos no existen entonces es que hay un problema más grave que el de los insultos del dirigente Popular.

Que algunos socialistas acompañen a la derecha en la manifestación, estoy escribiendo este artículo el sábado, están en su derecho, yo iré mañana a sacar unas fotos de un antiguo asentamiento Vacceo del barrio de las Peñas de Peñausende.

Junto con mis respetos, reciba un cordial saludo socialista.

(*) Concejal del PSOE en Peñausende