Poco a poco las ausencias de personas queridas nos van dejando más solos. Cuando nos faltan es como si nos despojáramos en parte de nuestra propia piel, ahora rugosa, donde aquel tiempo pasado nos la llenaba de vital ilusión, siempre compartida desde la buena amistad, desde el interno cariño, desde tantas vivencias comunes.

El sentimiento irreparable de pérdida del buen amigo solo nos llena de su recuerdo imborrable, que es volverlo a la vida, a nuestra vida, tantos años, tantas cosas, llenándola con tantos momentos.

Miguel Martín García, amigo, zamorano, escritor y periodista, ha fallecido en Madrid y Zamora se queda más pobre, pierde a uno de sus hijos más excepcionales en lo personal y en lo profesional.

Zamora, nuestra Zamora compartida y tan vivida, tiene mucho que agradecerle a un hombre que desde su ámbito -que fue mucho y muy extenso- siempre estuvo dispuesto a atender todo aquello que sonara a Zamora. Desde aquella Televisión Española de la Transición de Adolfo Suárez, Miguel siempre tuvo un espacio en su corazón para todo aquello que fuera zamorano de cualquier ámbito, que supusiera imagen, conocimiento y difusión de esta vieja tierra, de su tierra. Fueron años ilusionados y felices, quizá también porque nuestra energía vital era más positiva, más juvenil.

Magnífico escritor y periodista y guionista genial, con su original sentido del humor, Miguel ha sido muy altamente considerado en el vasto ambiente de los actores españoles pero, sobre todo, muy querido por todo aquel que lo trató. Porque Miguel te brindaba su amistad para siempre, de verdad. ¡Gracias, Miguel!

Vaya en estas apresuradas líneas mi agradecimiento más profundo al querido amigo, al que siempre estaba dispuesto a ayudarte y tantas veces nos hizo reír con su fina ironía y su agudo ingenio.

¡Cuántas cosas buenas se agolpan en mi memoria!

Que con estas líneas vaya también mi más sentido pésame a su mujer, Nuria, y a sus hijos, Miguel y Nuria, desde lo más profundo de nuestro corazón con un fuerte abrazo. Siempre.

Que la paz sea contigo.