Cualquier hecho pasado para analizarlo, para comprenderlo, para sacar conclusiones, para aprender de él para sacar enseñanzas para el futuro y "demás", hay, en primer lugar, que intentar situarse en el momento en que acaeció, y conocer todas sus circunstancias, los datos socioeconómicos, el ordenamiento jurídico, el sentir de la población, el pensar de la "intelligentsia", de la clase trabajadora, del empresariado, de todo tipo de funcionarios públicos, etc., en fin, de la población; es decir, cómo vivían, qué aspiraciones de todo tipo tenían, etc; pues no se puede, ni debe, opinar, y menos juzgar, sin saber cómo era y pensaba la sociedad del momento; al no deber aplicarse la perspectiva, sentir y pensamientos actuales a hechos pasados que, poco o nada, tienen que ver con la actualidad, salvo que ésta está condicionada y se deriva de aquellos. Por todo ello, es conveniente, para evitar "lugares comunes", y "soltar lo primero que se nos ocurra", quedando como unos "majad.."; documentarse en fuentes fiables, estudiar la historia, que quiénes la escriben están sometidos a una metodología basada en el análisis de fuentes documentales fehacientes, en archivos, en la historiografía preexistente y digna de crédito, en entrevistas con los protagonistas, o testigos, del objeto y materia de su investigación, etc. En fin, como todo en esta vida, para opinar con rigor y conocimiento de causa, hay que saber, lo que supone dedicarle tiempo a la lectura, pensarla, y sacar conclusiones que nos ayuden a tener "el coco bien amueblado", como también intercambiar pareceres y conocimientos con personas mínimamente ilustradas y sensatas; no hablar por hablar, tan habitual y tan lamentable, que deja a quienes así actúan a la "altura del bet..", que dicen en mi pueblo.

Por todo ello, fue muy interesante el reciente Club de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, sobre la Transición, en la que destacados periodistas pusieron de manifiesto sus impresiones sobre ella; y como no, poniéndola como ejemplo de lo que debe ser una visión realista de aquel tiempo, por parte de la ciudadanía, como de la clase política del momento, que siendo conscientes de la oportunidad que se les brindaba de "hacer algo grande", para aquella generación, como para las posteriores, supieron estar "a la altura de las circunstancias", fueron generosos y pragmáticos en las negociaciones, planteamientos y acuerdos a los que llegaron para lograr la magnífica Constitución de 1978, de la cual celebramos su 40 aniversario?.¡Ver para creer¡. Y como no, como todo en esta vida es perfectible "ad infinitum", y "adaptable y modificable", si a ello hubiera lugar, porque la sociedad evoluciona a lo largo del tiempo, y a ella hay que aportarle las soluciones que requiera la problemática y las aspiraciones que tenga en cada momento. Las leyes, la normativa legal, tienen que ser útiles, ser vivas, para que la sociedad sea más justa, más desarrollada, más moderada, más equilibrada, más culta, más educada?.

Hay que reconocer a los ponentes de dicho Foro su conocimiento de las circunstancias de todo tipo que tuvieron de todos los hechos concernientes a la Transición "pues estuvieron allí para contarlo", salvo, por razones de edad, nuestro paisano Sergio Martín; como, también, su sentir moderado de lo que debe ser la sociedad para evitar desigualdades, extremismos, populismos, etc., como destacar, también, las oportunas aclaraciones de D Justino Sinova, a uno de sus compañeros de mesa, respecto a ciertas características que toda sociedad y sistema político debe de observar, y que no es atribuible exclusivamente a uno de ellos.

Surgió en el debate la cuestión relativa a por qué no se pondera, como se debiera, la Constitución, especialmente por la juventud, lo que se atribuyó a una carencia de la debida "comunicación" de sus orígenes, de lo que es, representa y supone para el bien de todos; en lo que respecta, por ejemplo, a la "altura de miras", de cesiones de posturas iniciales, de saber negociar, de tener sentido de responsabilidad, de Estado, y de la Historia, etc.; pero también, ello es debido a que los partidos políticos piensan para sí mismos, y no para la sociedad a la que deben servir, lo que es objeto de su existencia, y de las compensaciones con que se les retribuye sus quehaceres; pero también, habría que añadir, a que la actual clase política y sindical, tiene bastante culpa de la desafección de la ciudadanía, por el pésimo proceder en el ejercicio de sus responsabilidades y competencias, que algunos incurren en delitos con penas de prisión, como vemos en los medios de comunicación; de cómo entran y actúan en las Administraciones Púbicas, como "elefantes en una cacharrería"; de cómo violan los derechos de los servidores públicos; de sus arbitrariedades y discriminaciones etc., etc., todo lo cual perjudica a lo que es responsabilidad de todos como es el estar concienciados de saber, sentir y participar en el ejercicio de la política, pues condiciona nuestras vidas y bienestar a través de las leyes que los representantes aprueban, en las decisiones y acuerdos que adoptan en las Administraciones Públicas, etc.

En el Foro reseñado se presentó el libro titulado "Los periodistas estábamos allí para contarlo", en el que "ciento cincuenta de los más importantes periodistas y fotoperiodistas de España se asoman al último medio siglo de Historia de nuestro país", en los que "sí son todos los que están, pero no están todos los que son". Me atrevo a sugerirles que lo adquieran por que sabrán, más si cabe, sobre un hecho histórico tan reciente, tan trascendental para la vida política, jurídica, económica, social, cultural, sindical, etc., de nuestra nación; además que los beneficios de la venta serán destinados a una buena causa como es la de "Médicos sin Fronteras".