A los taxistas de Madrid la huelga, en algunos momentos salvaje, que llevan a cabo acabará por pasarles factura. Y lo hará en función de algunos comportamientos y de algunos hechos que a nadie han pasado desapercibidos. En lugar de reconciliarse con los ciudadanos, los cabrean cada día más. Algunas actuaciones dejan mucho que desear. Ya nada digo cuando 'cariñosamente' llaman a la Policía Nacional "hijos de puta", tal y como se puede escuchar en tantos videos como circulan por ahí.

Hay un vídeo en concreto que ha cabreado a mucha gente en el que se muestra claramente cómo un taxista fingía torpemente haber recibido una agresión por parte de un policía de los antidisturbios que desalojaba a los taxistas que desde el sábado habían cortado el eje central del Paseo de la Castellana en la capital de España. En las imágenes se ve cómo el taxista de marras va caminando tranquilamente y al pasar al lado de un policía, este le toca al brazo y el taxista se tira de inmediato al suelo. Que enclenque. Un simple toque y se viene abajo con una facilidad tan estudiada como la acción en sí.

Además de trampa, la huelga tiene cartón. Se ha abierto el patio de Monipodio y han empezado a salir muchos de sus habitantes descomponiendo la situación. Fingir una agresión inexistente debería estar penado como poco con una multa cuantiosa. A ello hay que añadir los calificativos que constantemente dedican a la Policía Nacional, del "hijos de puta" no se apean. Nunca entenderé porqué las huelgas conllevan ese vocabulario y la violencia con la que a veces se acompañan. Con lo fácil que es planteársela de una forma más civilizada.

Quien ha rizado el rizo es un tal Alberto 'Tito' Alvarez, al parecer es el portavoz de Elite Taxi en Barcelona y responsable de la negociación en Cataluña donde sí han llegado a un acuerdo. Otro que ha echado la lengua a pasear y no ha sabido si mataba u ofendía. Al tal Tito no se le ha ocurrido otra cosa que arremeter contra el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska. El portavoz del taxi catalán ha criticado la actuación policial en la huelga, expresándose en los siguientes términos: "¿Cómo puede ser posible que un ministro de izquierdas, y según ha declarado él, gay, mande a la policía a reprimir al pueblo? Lo que está pasando aquí es represión total". Y digo yo, que tendrán que ver las churras con las merinas. Cada vez que oigo a alguien considerar 'pueblo' a la ciudadanía sé que estoy ante un demagogo.

Que tiene que ver ser gay, a mucha honra, para en función de su cargo, en el caso de Grande Marlaska, ministro del Interior, enviar a la Policía a poner orden en medio del caos creado por los taxistas de Madrid. Están vulnerando los derechos del resto de ciudadanos. Pero de eso no dicen nada. En cuanto a la represión, hablará por lo que ocurre a diario en Cataluña con los que no piensan como los nacionalistas, a los que agreden, escrachean, insultan, vejan y no sé cuántas cosas más.

Es posible que los Mossos sí repriman con sus actuaciones sectarias a esa parte del 'pueblo' catalán a la que Torra y compañía no logran convencer de las ventajas del independentismo. El tal Tito, que se vuelva para Barcelona y que deje de encender más fuegos de los que hay. Los tontos de remate, los taxistas de Madrid que con tal de escuchar lo que quieren se dejan enredar por el primer embaucador que les sale al paso por mucho que llegue precedido de supuestas dotes dialogantes y conseguidoras. Están empezando a perder el norte y esto se les va de las manos como no lo remedien.