En el año 2018 el mundo rural de Zamora perdió 2860 habitantes según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sigue la tendencia iniciada en los años 60 del pasado siglo de abandono de los pueblos y las tierras en la provincia. Tendencia general en otras regiones del Estado español: del 43% de población rural que ocupaba el espacio, ha descendido en 1960 a un 20%, alcanzándose una de las densidades de habitantes/kilómetro cuadrado más bajas de Europa, lo que ha significado la denominación para nuestro país de la Laponia del Sur, en clara referencia a la región de Laponia (Finlandia) donde el número de habitantes por kilómetro cuadrado es de ocho.

La provincia tiene 520 núcleos de población con un total de 248 municipios, pero la mitad de ellos (120 aproximadamente) no superan los 300 habitantes. Según la Federación Española de Municipios y Provincias para la supervivencia de pueblos y aldeas habría que superar los 1000 habitantes en los cascos urbanos, de lo contrario comienzan a faltar los servicios (sanidad, educación, transporte, comercios) y a iniciarse el proceso de abandono y emigración. Se puede afirmar, sin exageración, que el 92 % de los pueblos de Zamora están en peligro de extinción.

Hay otros datos que confirman desgraciadamente este grave problema de despoblamiento: la edad media de la población de la provincia es de las más elevadas de España. Los 50,4 años actuales contrastan con los 42,9 de la media nacional. En Zamora, al año, hay tres muertes por un nacimiento. Esta baja natalidad y elevada mortalidad, junto a los flujos migratorios que no cesan, hacen que la provincia que en 1960 contaba con 309.142 habitantes haya pasado a tener 177.404 habitantes en 2017. Incluso la capital ha visto disminuir su población: de 65000 habitantes en 1960 se ha pasado a los 62000 actuales.

Iniciativa preliminar del Proyecto.

El proyecto vio la luz tras una visita de un grupo de técnicos (sociólogos, agrónomos) al pueblo en el año 2017 invitados por algunos de los habitantes que de manera más o menos regular residían allí y que estaban preocupados por la situación en que se encontraba todo el territorio: los campos de cultivo, el bosque, el río y su ribera, la antigua escuela, los caminos y veredas, etc. Los visitantes habían abordado en algún otro punto de España el difícil reto de repoblar, de evitar el abandono de pueblos o aldeas, con características similares a los de Sejas.

Durante los días de estancia pudieron constatar por una parte la situación de abandono de la actividad agrícola: no había ni un campo en cultivo. Lo que en otra época debió ser cereal hoy era brozas, matorral y matojos que lo invadían todo; los ribazos que deslindaban las propiedades habían desaparecido, los caminos rurales estaban desconchados con profundas grietas por las aguas torrenciales, el bosque bastante descuidado necesitado de un aclareo y poda, de limpieza del sotobosque pues podían producirse fácilmente incendios y su propagación, la ribera del rio Negro con maleza y restos de árboles caídos arrastrados por las aguas, muchas antiguas casa en ruinas, etc. Pero por otra parte se vio el atractivo del territorio: un paisaje agreste que podía ser de nuevo puesto en cultivo con condiciones agroclimáticas favorables para cereal, frutales o forrajeras, un robledal con un gran encanto paisajístico y una riqueza maderable considerable, el río remansado en muchas parte de su trayecto, con un agua limpia apto para la pesca, y porqué no, para otras actividades productivas como la acuicultura.

El último día de su estancia los técnicos tuvieron una reunión con los vecinos de la Asociación Centro Cívico Cultural de Sejas de Sanabria. Y allí se decidió por los miembros de la asociación, llevar a cabo un estudio sobre las potencialidades que podía ofrecer el pueblo para su repoblamiento, pues una investigación sobre los recursos agrícolas, ganaderos, turísticos, recreativos, culturales, era imprescindible para optar, en una segunda fase, a iniciar cualquier actividad productiva acompañada de los trámites necesarios para contar con el apoyo de la administración provincial.

Fase de estudio y diagnóstico

Durante los meses de julio y agosto de 2018 un equipo de cuatro técnicos (dos de campo y dos asesores, miembros de la Red de Investigación y Observatorio de la Solidaridad ) trabajó en el estudio de las potencialidades elaborando un documento que fue presentado a la Alcaldía de Manzanal de los Infantes y a la Asociación Centro Cívico Cultural Sejas de Sanabria.

Entre otras muchas cosas el informe abordaba los siguientes puntos: un análisis de la situación, los objetivos del estudio, la alineación con programas y políticas públicas, posibilidades y limitaciones del mismo, el horizonte estratégico, y los requerimientos del plan que se había establecido acompañado de diversos anexos sobre aspectos puntuales relativos a la agricultura, a la ganadería, a la caza, a actividades recreativas como el turismo rural, la recogida de setas, o la visita a restos prehistóricos, etc.

Situación actual

En el momento actual existe la voluntad de muchos miembros de la Asociación Centro Cívico Cultural de Sejas de llevar adelante el proyecto pasando a una etapa de realización concreta con la puesta en cultivo de unas hectáreas de cereal de variedades autóctonas para su posterior panificación, habiéndose concretado esta última actividad con una asociación que procesaría el producto obtenido. Hay entre los posibles proyectos a realizar que se enuncian en los anexos:

Planes para la reducción y control de incendios: Realizar labores de limpieza y creación de cortafuegos en montes públicos y privados que no sean de utilidad pública o consorciada.

Proyecto ganadero quesero: Iniciativa lechera y creación de una quesería de leche de cabra. Se ha elegido la cabra por su interés para la limpieza del monte, tal como se viene utilizando masivamente en la vecina Portugal.

Parcela demostrativa plantada de cereal: Centeno y escanda para panificación. Para su gestión y explotación la Asociación ASDECOBA podría hacerse cargo de la parcela, mediante un acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento o la Asociación Centro Cívico Cultural de Sejas.

Cría y explotación de asnos de la raza zamorano leonesa. Para actividades de ocio y turismo,venta de leche de burra para cosmética, balnearios, spas, etc..., asnoterapia como actividad terapéutica con niños con Síndrome de Down.

Proyecto cultural y turismo rural. La idea es realizar actividades en colaboración con la Universidad de Salamanca para que jóvenes voluntarios trabajen por grupos y realicen actividades en el medio rural: senderismo, cultura y tradiciones, botánica, micología, estudio del patrimonio y de la historia... y por supuesto, que impliquen a la gente del pueblo.

Conclusiones

El repoblamiento de Sejas, como de otros muchos lugares esparcidos por la geografía hispana no es cosa fácil. Hay que contar con el apoyo de la administración y aprovechar todos los recursos establecidos en los diversos planes ya en marcha; algunos cuentan con el apoyo económico de la Unión Europea. Saber que son iniciativas que cuajan a medio y largo plazo, que precisan del compromiso incondicional de los habitantes del pueblo, de la atracción que las propuestas tengan sobre gente joven, que generalmente viene del exterior, pues al fin y al cabo son los jóvenes quienes las pueden realizar o quienes pueden idear nuevas aportaciones de todo tipo.

Y hay que evitar las posturas derrotistas que siempre surgen en estos proyectos, ya de por sí laboriosos, quienes por intereses personales, por conservadurismo, porque en cierta medida, con una visión miope "todo como está, está bien", arrastran con su desaparición personal a la del pueblo donde habitan.

(*) Dr. Ingeniero agrónomo

Cátedra Tierra Ciudadana

Universidad Politécnica de Valencia.