Ha sido hablar unos escasos minutos la candidata de una de las derechas -no sé si la derechita cobarde, o la derecha sin tutelas ni "tutías", o la cañí de la tauromaquia- de la nota exótica del ayuntamiento de la capital en la convención de candidatos del PP en Madrid, y se han desbordado las cifras del turismo provincial en la FITUR, de manera que este año han aumentado los datos de visitantes y se prevé continuar así en el próximo. La "nota exótica", por cierto, se refería a que pudiera gobernar un alcalde de Izquierda Unida en la capital de una provincia de derechas de toda la vida.

¡Por fin quizás hayamos encontrado el lema turístico adecuado!

Ese que andan buscando los empresarios de Zamora 10 y que quieren encargar a una empresa experta para tener una marca "perfecta" que consiga que Zamora deje de ser "desconocida" para el turismo. Se ve que el lema: "Zamora, desconocida, perfecta", que no sé si fue idea de una empresa del sector publicitario pero que se presentó cuando existía la S.A. de Turismo en el Ayuntamiento, junto con el Patronato Provincial de Turismo de siempre, no tuvo el éxito esperado. Fracasó en esa Sociedad de Turismo de Zamora la tan manida propuesta para el desarrollo: "colaboración público-privada", que podría ser de otra manera pero que aquí consistió en que la parte pública puso la mayor parte del dinero y la parte privada se lo gastó entre unos pocos.

Y es que nunca se sabe, con perdón de los expertos, qué es lo que va a funcionar mejor en materia de turismo y otros gustos, porque para gustos hay colores. Así, los romanos no pensaron en marcas turísticas cuando hicieron el acueducto de Segovia, sino en llevar agua hasta lo alto de la ciudad; las catedrales góticas de León y Burgos se erigieron en honor a Dios, que como está en todas las partes no hace turismo (o sí, como los japoneses); cuando se pusieron a excavar en Atapuerca buscaban el origen del hombre y no un reclamo para turistas como es el actual museo de la excavación; la Torre del Sr. Eiffel en París estaba destinada a una exposición universal como la "expo" de Sevilla, de la que apenas quedan vestigios; y la muralla de Ávila de carácter defensivo como la de Zamora, se libró de su desaparición por usurpación o derribo porque no hubo nadie que dijera que no dejaba pasar el aire para ventilar la ciudad.. y ventilarse las últimas Puertas de entrada en Santa Clara a mediados del siglo pasado (o si alguien lo dijo, no le hicieron caso).

Todos estos ejemplos sirven para salir al paso de las críticas sobre la política turística "errática", del ayuntamiento "exótico". Una política que ha consistido en tocar todos los palos del atractivo turístico de la ciudad: desde los festivales de ópera y los eventos culturales de todo tipo hasta las mariposas y pájaros de la naturaleza de Valorio y del Duero -barcaza incluida-, sin olvidar el valioso legado del patrimonio arquitéctonico y de la Semana Santa y otras manifestaciones culturales ya asentadas. Todos los atractivos de la ciudad que estaban tan ocultos como esa Muralla que ha vuelto a aparecer en la Feria gracias al "exótico" gobierno

Con perdón de nuevo de los expertos, a mi lego parecer el icono turístico de Zamora podría ser por méritos propios y de la naturaleza el Lago de Sanabria, que por cierto también se libró de la rapiña capitalista que quería hacer una presa aguas arriba del Tera para la producción hidroléctrica, tal y como hicieron en la Alta Sanabria, y donde se rompió la presa y no hay ni un Museo de la Memoria para rescatar la dignidad -no para el turismo-. El problema para promocionar el Lago es que el exceso de visitantes puede acabar con el atractivo de su naturaleza, milagrosamente preservada en tiempos del desarrollismo. El lago luce más él solo que todas las luces del Sr. Ferrero Rocher que, por cierto, es un ejemplo de colaboración público-privada en la que el dinero lo pone la empresa y no la parte pública.

El Lago y la zona rural de Zamora son atractivos turísticos "genuinos", como llama ahora la Consejera de Agricultura, con acierto, a los agricultores a título principal (ATP), que han mantenido pueblos enteros con su cultura, sus fiestas, su gastronomía, sus buenos productos zamoranos, sus paisajes? ese valor que ahora llaman no sé qué de la biosfera, pero que han mantenido lo de aquí, lo de Zamora, lo "genuino".

Con ello, ya tenemos la marca Zamora: "exótica, errática, genuina". Pero, por favor, no volvamos a la "Perla del Duero" porque ¡menuda perla está hecha!

(¿Hablábamos de turismo o de política?)

(*) Teniente de alcalde del Ayuntamiento de Zamora