Pese a mis años, sigo creyendo en los Reyes Magos, como si fuera un niño, este día es mágico. Siempre he sido bueno y sus Majestades de Oriente me han puesto en el zapato su óbolo.

La Cabalgata de este año me ha parecido espléndida. Austera al extremo, en Zamora no hay camellos (dromedarios) pero sus Majestades, acompañadas de su legión de fieles pajes han desfilado orgullosas, suficientes para llegar a todos los niños, que en esta noche mágica los esperan, la ayuda de los carteros y los bomberos con sus escalas, es indispensable. Hay suficiente luz para que cada uno siga su estrella. El exceso de leds, puede ser deslumbrante y Ss. Mm. los Reyes Magos de Oriente no encuentren dónde depositar el regalito que nos merecemos.

Los caramelos se echan de menos. Pena de los antecedentes que desgraciadamente hemos sufrido, pero bien pudieran los pajes entregarlos en mano a esos felices niños, y mayores, y más mayores?, que a todos nos hace ilusión. Por mí, qué bien la Cabalgata.