Murió Patricio. Murió con tan sólo 49 años. Un activista revolucionario que luchó por cambiar esta sociedad tan injusta.

Su prestigio como luchador ha hecho que distintas personas y organizaciones hayan recordado sus méritos, de todo orden.

La célebre expresión: "La mies es mucha y los obreros son pocos"; es perfectamente asimilable a la situación de los "anticapitalistas" como él y más en territorios como Zamora.

En este pequeño homenaje a su persona me voy a limitar, por cuestiones de eficacia política, a subrayar una de sus virtudes fundamentales: la valentía.

Patri era un valiente.

Lo conocí, de vista, en las manifestaciones reivindicativas de los insumisos.

Yo iba a ellas en razón de mi responsabilidad política al ser concejal por IU en el Ayuntamiento de Zamora.

Quiero decir que aunque compartía al cien por cien sus ideas, el no a la mili y el negarse a hacerla, mi grado de valentía no les llegaba a la suela del zapato a aquellos chavales que en su lucha podían pagar caro su valor.

Como así ocurrió, acabando muchos de ellos en la cárcel.

Pero aquellas batallas dieron su fruto, y abrieron una brecha para que otros jóvenes pudieran eludir la mili a través de lo que se llamó la Objeción de Conciencia. Incluso años después el Servicio Militar Obligatorio desapareció.

Hablamos de hace unos 30 años, y allí estaba Patricio. Pletórico de valor.

A partir de entonces me fijé en él. Y en que una vez convertido en abogado siguió defendiendo aquella causa.

A su vez militaba en partidos políticos (en realidad el mismo pero que iba cambiando el nombre) que eran más malditos que el mío. Le seguía pues viendo como alguien valiente.

Curiosamente ahora estaba en Podemos grupo del que se habla tan mal por estos pagos que pertenecer a él exige también un esfuerzo de valentía.

También como sindicalista llevó su vocación de agitador a un sindicato minoritario y socialmente cuasi proscrito (una escisión de la CNT). La en aquellos años sumamente minoritaria CGT.

Para mí eso fue otro rasgo de su valía. Estar en las trincheras difíciles exige más valor que estar en las fáciles o menos incómodas.

Miembro de los escasos componentes del partido político "Anticapitalistas" en Zamora, allí aparecía él, como palo mayor en todas las luchas.

También dedicó sus esfuerzos a ayudar legalmente a los marginales de esta sociedad tan marginada.

Nuevo motivo para admirar su valentía, que recuerda la del médico que entra en un lazareto, encima en su caso voluntariamente.

En la actualidad su lucha más importante, para quienes le veíamos desde lejos, era la que daba como miembro (y abogado) dentro de la Plataforma contra los Desahucios.

Si la Internacional, el himno rojo, llama a luchar a los parias de la Tierra, no cabe duda de que en nuestra sociedad las familias desahuciadas son el perfecto exponente de lo que es un paria de la Tierra.

Compatriotas, o no, que creen haber resuelto su vida, y compran lo que será su hogar porque les salen las cuentas.

Y cuando en esta cruel sociedad capitalista se tuercen las cosas, y tú quieres trabajar para ganar dinero y vivir, pero te quedas en el paro, y no puedes meter en el Banco la mensualidad de la Hipoteca, y pierdes la que creías tu casa, y aún encima e incrementando el dolor, sigues con la deuda de lo que te quedaba por pagar de la casa que ya ni siquiera es tuya; el abatimiento y hundimiento en lo personal es absoluto.

Y en esa lucha, también peligrosa, que no en vano es contra los Bancos, como aquella de los insumisos fue contra el Ejército, estaba valiente y erguido, siempre Patri, luchando no contra molinos de viento y si contra poderes fácticos.

El compa Patricio Alonso portaba pues, en su carácter, un grado de valor, como demostró a lo largo de su vida, que debemos convertirla en una semilla de valentía.

Ya que sin valor, no se podrán hacer las mil luchas democráticas que transformen la sociedad actual en una más justa. Como él quería.

Valor para seguir. Valor para denunciar. Valor para ayudar. Valor para plantar cara. Valor para solidarizarse. Valor para entrelazar brazos. Valor para vencer todo lo que asusta.

Esa semilla nos la dejó Patricio con su ejemplo, y nos compete ahora a los compañeros de trincheras, sembrarla. Sembrarla para que fructifique.

Sin valentía no llegará el día.

La misma valentía, aunque esta anímica, que han de afrontar su compañera y sus dos hijas, que siempre lo acompañaban en las manifestaciones como un calendario que a través de sus edades nos ofreció días de risas y ternura.

La valentía es imprescindible para llegar al mundo que Patricio y muchos soñamos. Él dejó una semilla que nos lo recuerda. Cultivémosla. Cultivemos su valentía.

Sin valor para la lucha la derrota vencerá. Plantemos la semilla de valentía que nos dejó en el recuerdo Patri, y "habrá un día en que todos al levantar la vista veremos una Tierra que ponga Libertad", y en ella estarán también, en el recuerdo, tantas mujeres y hombres que fueron un ejemplo de valor.