Se veía venir desde hace meses que no íbamos a sacar el presupuesto del ayuntamiento para el año nuevo. Es lo que tiene gobernar sin mayorías absolutas: con grupos ideológicamente antagónicos porque son de las derechas de toda la vida; con algún grupo centrista (aún no es un insulto) porque hace a izquierdas o derechas e incluso dicen que no existen esas denominaciones políticas sino el bien de su tierra y en cada tierra se inclina a un lado; con concejales que no se integraron en el grupo de las listas electorales por las que se habían presentado y se fueron desde el primer día al grupo mixto en lugar de dejar el puesto al siguiente de su candidatura (o sea, lo que se llaman tránsfugas pero ahora se considera un insulto); con grupos que rechazaron colaborar en la elaboración de los presupuestos de igual a igual desde su inicio aunque luego presentaron unas enmiendas para justificar su voto negativo; con más falta de paciencia que de cintura política porque todos los años se repetía la vuelta a los chiqueros de las cuentas; y finalmente por dos razones de distinto peso, la no erradicación del botellón y la cercanía de las elecciones municipales? y otras más.

No digo yo que haya hecho un análisis profundo de por qué este año Zamora se ha quedado sin presupuestos, sino una enumeración de circunstancias que han confluido (creo que "confluir" aún no es insulto pero va camino de). Y que curiosamente también coinciden en otras instituciones de mucho más poder e influencia y confluencias, que también abordan un año nuevo sin presupuestos: la Junta porque los centristas y leonesistas (no se puede decir nacionalistas leoneses porque nacionalista se ha convertido en insulto) no saben hacia donde inclinarse este año; y el gobierno español porque los nacionalistas catalanes (insulto de los gordos), que apoyaron la moción de censura de Sánchez, en lugar de ver las cuentas están contando los días de cárcel de los presos políticos y viceversa.

Finalmente, aunque Andalucía queda muy lejos de este rincón olvidado al lado del Duero, desde el Sur también influye en nuestros presupuestos la formación de gobierno, en el que parece que los centristas se inclinan hasta la aceptación de la voz, perdón Vox, de la extrema derecha, antes que por los cantos de sirena de los discretos socialistas en todos los sitios citados: desde Zamora hasta Andalucía.

Sin presupuestos en los gobiernos de España, de la Junta de Castilla y León, de Andalucía, de Cataluña desde hace años, y no sé si de algún sitio más, lo de Zamora más parece una anécdota que un mal de muchos consuelo de todos o tontos.

Pero, ¿se puede gobernar sin presupuestos, o 2019 será un año perdido?

Recuerdo que la primera vez que estuve en la Diputación como diputada, ante las discusiones bizantinas de entonces sobre los presupuestos, el interventor que salía a fumar por educación antes de la prohibición al pasillo contiguo a la sala de comisiones, se paseaba cigarro en boca mascullando en voz audible: "pero si es todo mentira, si luego se cambia, se añade, se quita?"

Así es al menos en la Diputación, donde al día siguiente de la liquidación del presupuesto anterior se añaden cantidades millonarias a las inversiones previstas hasta el punto de que al presupuesto "no lo va a reconocer ni la madre que lo parió", como decía un famoso político de la transición que ahora está de moda política, refiriéndose a España tras la pasada del PSOE por el gobierno.

Y a nada que salgamos hasta Europa y otros países del mundo, se demuestra que la vida sigue aunque haya cambios de gobiernos continuos y sin presupuestos durante años.

Porque la vida sigue, incluso la vida política, y la sociedad se sostiene con el trabajo de las mujeres y los hombres que en las instituciones y fuera de ellas no hacen esa "patria que es el último refugio de los canallas" (Samuel Johnson), sino esa "patria que son mis hermanos, que están labrando la tierra" (Chicho Sánchez Ferlosio).

(Abro un paréntesis en mi escrito como en mi vida para agradecer a Patri, que se nos ha ido, su vida y su compromiso. Para decirles a Lúa y a Noa, que fueron nuestras hijas en todas las manifestaciones. Para compartir pena y recuerdos con la familia y los compañeros. Para deciros que hizo esa patria de "hermanos que están labrando la tierra". Y siguiendo con las palabras de Ferlosio, decirte, compañero:

"Pero a pesar de todo, yo sé

que un día

tú estarás con nosotros

como querías, como querías.")

¡Salud, pan, trabajo, techo

y libertad para el nuevo año!