El sábado, a la salida de la misa de la tarde, y al regresar a casa, he tomado la firme decisión de escribir unas líneas, sobre la Navidad 2018, en su momento más intenso, el nacimiento del Niño Jesús.

El padre jesuita que ha celebrado la Eucaristía en la capilla de las religiosas esclavas, nos ha dirigido en la homilía unas palabras que verdaderamente tenían un mensaje directo al corazón e iban a pedirnos como cristianos un cambio en nuestras vidas, ha sido una verdadera reflexión sobre la solidaridad y una llamada a compartir en un mundo empobrecido, pues, quede claro que, la crisis no ha pasado, más bien, ha tomado carta de naturaleza y se ha quedado entre nosotros, aumentando el número de pobres. Se está acrecentando la diferencia entre los más pudientes y los más pobres .

El padre jesuita, hizo una referencia puntual al evangelio del día, evangelio del tercer domingo de adviento, cuya lectura, les recomiendo, pues, en un momento como el presente, donde la pobreza afecta a un número considerable de personas, cuando la gente le preguntaba a Juan el Bautista : Pues, ¿qué debemos hacer?

Y él les respondía : "El que tenga dos túnicas, que las reparta con que no tiene ; el que tenga para comer, que haga lo mismo."

Vinieron también publicanos a bautizarse y le dijeron . " Maestro, ¿ Maestro qué debemos hacer ? "

Él les dijo: "No exijáis más de lo que está fijado ? "

Tomemos nota. El mensaje no es baladí.

En estos tiempos, donde las noticias sobre la corrupción están a la orden del día, creo que este evangelio es una llamada a la limpieza de corazón y a reflexionar sobre nuestra disponibilidad personal, de entrega de nuestro tiempo, de nuestros conocimientos y de nuestros bienes, en favor de los más necesitados.

El llamar al tercer domingo de adviento "domingo gaudete", es decir, regocíjense, exige una reflexión, pues a veces, el exceso de luces de nuestras calles, de los escaparates, del ambiente consumista, en general, puede distraernos y perder el propio sentido de la Navidad, y no estar despiertos a recibir "el sol que viene de lo alto".

Las fiestas, las celebraciones y el ambiente festivo está muy bien , pero, hemos de saber compaginar el mensaje del nacimiento el Niño Jesús y lo que ello ha de significar en nuestro compromiso de vida diaria.

Hemos de saber afirmar que Dios vendrá y que lo descubriremos cuando: Sepamos trabajar para que todos tengan lo necesario.

Transmitamos cariño en cada gesto diario. Sonriamos con agrado. Practiquemos el diálogo.Visitemos a los enfermos. Tengamos palabras amables. No acusemos a nadie, porque el interior de las personas sólo lo conoce Dios.

Creo que la Navidad es un buen momento para hacer un alto en nuestro vivir diario y procurar dar sentido a nuestra vida, cada uno de nosotros sabremos en qué podemos cambar y mejora, no podemos olvidar nuestro entorno y realidad para tratar de conseguir un mundo mejor, más justo y más humano. Ven Señor Jesús.