Este domingo pasado he asistido en Camarzana de Tera a una concentración vecinal, fue convocada para reclamar una mejor Sanidad en el medio rural. Detrás de la organización estaba el Movimiento en defensa de la Sanidad Pública de Zamora, que ya cuenta con delegaciones en cada comarca provincial. A la cabeza del mismo están el periodista Carlos Pedrero y el enfermero Jerónimo Cantuche, personas de extraordinaria valía profesional que ponen sus conocimientos y mucho sacrificio al servicio de todos los zamoranos Su compromiso de buenos ciudadanos debería ser un acicate contra la dejadez que suele caracterizar este territorio. Ellos atienden convocatorias, resuelven dudas, consuelan atropellos sanitarios y nos informan, con paciencia y documentación, sobre la desastrosa gestión sanitaria que está padeciendo Zamora. Lo hacen desde la humildad y el respeto a propios y extraños.

Cuando leen algún comunicado o intervienen ante una manifestación, lo hacen siempre con buen talante, saben que muchos de los que escuchan pueden ser representantes del PP, concejales, alcaldes o cualquier otro cargo y que, por estar allí, merecen una consideración, aunque sus palabras denuncien con claridad la incompetencia de un político de ese partido: el Consejero de Sanidad. Sus encomiables esfuerzos desde marzo de 2016 - cuando se creó la plataforma - no tendrán los resultados apetecidos hasta que los desatendidos habitantes de Zamora tomen conciencia de esta conexión necesaria: tenemos la atención sanitaria que el PP ha decidido. La culpa de la precariedad y de la falta de recursos que padecemos es del partido político que gobierna la región desde hace más de 30 años. No son responsables los gobiernos centrales, gobernara Aznar, Zapatero, Rajoy o Pedro Sánchez, no, pues ya hace más de 17 años que se transfirieron las competencias en Sanidad Publica y Servicios Sociales. Tampoco se puede aceptar la excusa de que faltan profesionales sanitarios, de que la nota de la Selectividad es alta o que la crisis nos dejó maltrechos; mentiras, ellos mismos dicen que ya no hay crisis y de la universidad salen más médicos que nunca.

Vecinos de Camarzana de Tera, de la luminosa Puebla de Sanabria, de Quiruelas de Vidriales, Benavente, Castrogonzalo, Muga, Morales - cualquiera de ellos - o de la mismísima capital, Zamora, desengáñense, si no lo han hecho ya, los responsables de que no tengamos la asistencia sanitaria que necesitamos son los políticos del PP, sólo ellos tienen la responsabilidad del caos que se produce frecuentemente en los consultorios y centros de salud. Que no les sigan mintiendo con excusas falsas, la pura realidad es que la Gerencia Provincial debería programar los servicios a prestar y no lo hace, o sí, pero de tal forma que en Camarzana y comarca se tengan que arreglar con tres médicos en lugar de con diez, como se estiman necesarios. Debemos comenzar a llamar a esta aparente improvisación sanitaria, precarización calculada, porque estos altos cargos lo tienen todo decidido, no se trata, ingenuos convecinos, de contar con más personal sanitario, sean facultativos titulares o de áreas, enfermeras o fisioterapeutas, sino del ahorro que vamos acumulando en personal. Es dinero e incentivos para estos politicastros, que prefieren poner en riesgo nuestras vidas antes que programar con antelación y rigor las necesidades que tenemos en el mundo rural. El PP tiene un modelo sanitario que no prioriza la sanidad pública y la gestión del sistema se va orientando hacia la sanidad privada, de tal manera que se prefiere firmar convenios con centros privados mientras se cierran plantas y consultas en hospitales públicos. El Hospital Universitario de Burgos es el ejemplo más acabado de lo que les digo, se garantiza la rentabilidad a la empresa que gestiona, aunque se incumplan plazos o no se presten los servicios contratados. En todo caso, quienes pierden siempre son los contribuyentes. Sí, todos nosotros.

Debemos saber que cuando participamos en una candidatura del PP - ahora que se avecina un año electoral vertiginoso- estamos avalando esas decisiones políticas. No podemos ignorar que hay una conexión directa entre nuestro voto y la asistencia sanitaria que recibamos, o la atención a la dependencia que tengamos. Se trata de qué servicios demandamos para mantener una vida digna en nuestros pueblos. Seamos sanamente egoístas, pensemos en nuestros intereses como habitantes de este entorno geográfico. Si no estamos contentos con lo que hay no podemos seguir dándoles nuestro apoyo. Nos estamos haciendo trampas a nosotros mismos. Y no salgamos otra vez con que todos los partidos son iguales, eso no es cierto. Además, en Castilla y León no conocemos otra opción, ya es momento de probar otro modelo de gobernar. Sé de los chantajes a que somete el PP a los ayuntamientos, utilizan los recursos de la Diputación para comprar candidatos, lo peor es que algunos tienen precio. No lo consientan, porque si en las próximas elecciones autonómicas y municipales volviera a ganar el PP, estad seguros de que la asistencia sanitaria que recibiremos seguirá deteriorándose. Entonces ya no podremos echarle la culpa al consejero, los culpables de nuestra indigna suerte seremos nosotros.