En estos momentos, el Ayuntamiento de Zamora está embarcado en un intento serio para lograr que Zamora pueda actualizar y remozar por fin su Mercado de Abasto. No será tarea fácil ya que otras Corporaciones Municipales lo han intentado durante muchos años sin conseguirlo. Además, se han metido por medio cambios legales y administrativos que alargan el proceso sin contar con que se tienen que conseguir las ayudas económicas necesarias para su adaptación, por encima de los 3 millones de euros. En resumidas cuentas, será un proceso complicado que cuenta con muchos componentes no solo administrativos y legales sino también con la necesidad de buscar consensos entre todas los partes, ajustados a la realidad de la ciudad. El mercado se ha quedado obsoleto no solo en sus instalaciones sino en la mayoría de sus comerciantes además de que todas las licencias ya están caducadas y su último reglamento data de 1961.

Tampoco podemos ignorar que cada parte tiene su interés a la hora de definir cómo debe ser el mercado futuro. Además, hay por medio mucha exageración, comparaciones con otros mercados españoles que son absurdas, falta de rigor en las propuestas e ignoran la triste realidad de que Zamora, su capital y provincia, pierden cada vez más población, están más envejecidas, no tenemos ninguna componente sólida de desarrollo que atraiga a los jóvenes además de que la renta per cápita está en la franja media y baja.

Al parecer el Ayuntamiento pretende sacar dentro de este mandato, que termina en mayo del próximo año 2019, el proyecto técnico básico para la rehabilitación e instalaciones del mercado que permitirá conocer las posibilidades de ocupación y servicios que podría albergar el edificio. Hasta ahora, nadie había llegado a tanto.

Con este marco de realidades, ha caído en mis manos un estudio realizado por Sara González, profesora de Geografía de la Universidad de Leeds en Inglaterra, titulado "La gourmetización de las ciudades y los mercados de abastos. Reflexiones críticas sobre el origen del proceso, su evolución e impactos sociales". Me permito señalar las partes más interesantes del estudio.

En principio, los mercados de abastos se construyen entre la mitad del siglo XIX y principios del XX, cuando el Estado y los Ayuntamientos eran más proclives a involucrarse en la organización o regulación del abasto. A mediados de 1970 entra en declive esta tendencia debido al abandono y la falta de inversión para su mantenimiento.

Al mismo tiempo, se empiezan a expandir las cadenas multinacionales no solo en las afueras de las ciudades, sino también en su interior. En estos momentos del siglo XXI ya está instalado el discurso del declive de un mercado de abasto generalista.

Según esta tendencia, para sobrevivir, el mercado debe abandonar su función de espacio público, destinado a la compra de productos de primera necesidad con precios asequibles y convertirse en un destino de ocio especializado sobre todo en lo "gourmet", dirigidos a turistas y personas de alto poder adquisitivo. Todos conocemos mercados de este tipo, siempre en ciudades grandes.

Este modelo de mercado tuvo su origen en lo que se conoce como "modelo de Barcelona" que aparece en los años ochenta del siglo pasado donde se empieza a crear una red municipal sostenida por grandes inversiones y que se compone de varios elementos: reducción de puestos, instalación de un supermercado dentro del mercado, promoción de puestos y/o restaurante para "gourmets" además de un aparcamiento. Estas remodelaciones han sido muy costosas y se financian por las contribuciones de comerciantes, Ayuntamiento y supermercados. Esta forma de actuar siempre beneficia a los más fuertes y muchos propietarios de puestos no han podido con la carga económica que conlleva. El tema del supermercado, en principio, parece que se complementa bien ya que se combina el producto fresco y de calidad con el trato personal del mercado con productos básicos y de necesidad del supermercado. La realidad ha demostrado que los supermercados cada vez quieren parecerse más a los mercados y acaban entrando en competencia. Este modelo está incluso empezando a ser criticado en Madrid y en Barcelona, donde el movimiento "A dónde vas" lo cuestiona por el elevado coste que conlleva para todas las partes y la turificación que significa además de desplazar a usuarios y comerciantes de toda la vida.

Como conclusión, estas transformaciones de los mercados de abastos están marginando su función de servicio público dedicado a la venta de productos generales y precios asequibles y, por el contrario, está generando nuevas formas de exclusión y desplazamiento social en los grupos más vulnerables de rentas bajas, minorías étnicas y emigrantes o personas mayores que usaban el mercado en su función social o espacio público además del desplazamiento de los comerciantes más débiles que no consiguen adaptarse a la nueva situación y que suelen ser mayores.

Con todo ello, el Foro Ciudadano de Zamora, apoya el modelo del Concejal de Comercio, Christoph Strieder, que mantiene la iniciativa de potenciar el Mercado de Abasto como un servicio público de apoyo al comercio minoritario, la promoción de la producción autóctona de calidad y el fomento del empleo.

El proyecto básico en elaboración incluye una total reordenación de los puestos actuales, la renovación de las instalaciones y acometidas eléctricas y de abastecimiento, la dotación de nuevos servicios y espacios de uso interno que estarían concentrados en la planta inferior y propone dar cabida a nuevos establecimientos y productos, pero manteniendo siempre la filosofía del mercado central de abasto como servicio público, que sea además un centro de referencia del comercio local, un espacio de dinamización del entorno urbano de la ciudad y un foco para la generación de empleo especializado relacionado con la producción autóctona y servicios de calidad al cliente. También estamos de acuerdo de que no tiene sentido dar cabida a una cadena general de supermercados en el recinto cuando existe media doce de establecimientos de distintas firmas comerciales en un radio de unos quinientos metros del Mercado de Abastos. El mercado no solo es el edificio sino también su entorno comercial que ha nacido a su sombra y que se debe respetar.

Puede que existan grupos empresariales o privados que quieran otra solución para el mercado de Zamora; para ello siempre pueden presentar un plan de gestión privada, que podría ir en compañía de la asociación de comerciantes del mercado y registrar en el Ayuntamiento, en el tiempo de licitación, su propuesta concreta acompañada del proyecto de financiación correspondiente que, en parte, tendrá que ser asumido por ellos.

(*) Portavoz del Foro

Ciudadano de Zamora