Aquilino García Domínguez, el camarada Aquilino de Zamora, nos contaba ante nuestro asombro, ya que era cosa chocante, que una sala de fiestas recaudaba más dinero con dos barras de 50 metros de largo cada una que con una sola de 100. Había trabajado en ellas.

Sobre Aquilino, que murió en el Diciembre del 2007, añado tras este escrito, el homenaje a su vida que escribí; y sigo ahora con lo que quiero discurrir a partir de su enseñanza.

Aunque soy firme partidario de la Confluencia de IU (a quien pertenezco) con Podemos y otros; a veces me he planteado dudas sobre mi postura, naturalmente, viniéndome a la mente aquella tesis de nuestro amigo Aquilino (venden más 4 barras de 25 metros cada una que una de 100).

Y los resultados de las elecciones Andaluzas me han devuelto a la mente esa tesis.

Mi postura en defensa de la unidad y por tanto de las confluencias o convergencias, se basaba fundamentalmente en dos aspectos:

1.- Suponer que al pueblo le gusta ver a sus defensores unidos, lo cual produciría un efecto entusiasmo, y no solo se sumarían votos, sino que incluso se aumentarían.

2.- La unión (o Confluencia) permitiría combatir mejor los efectos perversos que provoca la distribución de Diputados por Provincias (desproporcional) y la Ley D'Hont que premia al primero y castiga al último.

Sin embargo, acabamos de ver que en las elecciones autonómicas andaluzas la derecha gana con 3 partidos (PP, Cs y Vox) a la izquierda con 2 (PSOE y Adelante Andalucía).

Ante eso cabe pensar: ¿Se podrá aplicar la "Tesis de Aquilino" a la política. Venden más 3 mostradores de 33 metros cada uno, que 2 mostradores de 50 metros cada uno?

Pudiera ser que si. Que estamos en un momento histórico en que si la gente se graba un tatuaje para diferenciarse del de al lado (camuflando que todos somos iguales), a lo mejor es que hemos llegado a un punto en que la oferta política haya que matizarla al máximo (poner muchas barras para pedir la consumición en la que más nos apetezca).

Si a ello añadimos que desde que IU confluye (con Podemos y otros) los resultados han sido de los de "en vez de sumar, restar (elecciones generales del 2016 y estas andaluzas del 2018) no cabe duda de que tenemos la obligación de pensar (o repensar).

Ahora bien, en IU tenemos la suerte de que las próximas elecciones (las locales del 2019) las vamos a poder celebrar en cada localidad o autonomía, juntos o separados (a las del parlamento europeo ya se decidió ir en confluencia) según decidan las bases (lo de las europeas lo decidimos entre todos).

Es decir tendremos tal variedad de resultados para discurrir sobre lo que tenemos que repensar que será más fácil acertar, ya que podremos hacernos con más datos (en todo problema, cuantos más datos te dan mas fácil es encontrar la solución).

Por tanto parece que lo prudente es esperar, manteniendo la línea aprobada por la mayoría (bolcheviques en ruso) de IU.

A parte de que como dijo alguien, "no se debe hacer mudanza en tiempos de destemplanza", y en consecuencia hay que tener mucho cuidado no se nos crucen las Elecciones Generales y nos cojan subiendo el sofá por la escalera (o en su defecto cambiando de dirigentes).

Estrambote:

En definitiva, las elecciones locales de 2019 deben hacerse a la carta (en cada ámbito como se quiera, juntos o solos).

Y las generales de 2020 tras analizar esos resultados de 2019 y ver si en efecto las Tesis de Aquilino sirven en política, habría que analizar si no sería mejor para la Clase Obrera ofrecerle para elegir tres partidos rojos : Uno socialdemócrata. Otro de Izquierdas. Y otro de Izquierda Radical Marxista.

En todo caso esperemos a tener más datos.