El aprendizaje no termina nunca; así debería ser...

La vida es una derrota constante, muchas veces, buscando alegría sólo encontramos desesperación. Qué de personas afirman estar bien... Es difícil profundizar en nuestro propio retrato, expresar lo interior sin pudor, ser valientes en la dicha y en la desdicha. Sí, es difícil, pero no imposible. Vivimos escapando de las reacciones ajenas, no nos damos el gusto de hablar de nuestras miserias, tampoco nos gusta manifestar que tenemos días poco animosos; nos avergüenza hablar de nuestras fatigas cotidianas, de nuestras derrotas como padres, de la desesperación de llegar a fin de mes... Qué de fatigas pasamos para aparentar que estamos bien.

Es inútil contrariarse con la vida, al margen, de ser capaces o incapaces de hablar con naturalidad de todo. Sí, todos somos suerte de fatalidad; legendaria dama que un día te arrebata a un hijo, otras te diagnostica un cáncer, y otras, hasta te deja en la puta calle...

Negar lo inscrito a la humanidad es un "método" moderno. Antes la desesperación se compartía. Sí, en las mesas camilla junto al brasero de cisco, se hablaba de derrotas y victorias con unas pastas y anís. Igual que ahora... Bueno, ahora se habla lo justo; la ascensión del diálogo se nos resiste; hemos ligado nuestra vida a frases propias de un soneto de Gloria Fuertes: saben que su anhelo era la antítesis de todo lo angustioso y problemático.

La forma más pura de vivir es ser uno mismo. Claro, con nuestro vigoroso contraste de luces y sombras. La sociedad es una sólida obra común, se trata de reducir el número de sepulturas y aumentar la esperanza de vida. Efectivamente, el poder decir "estoy jodido" con total naturalidad nos hace menos yacentes. La apariencia es un accesorio entregado a un estatus, una carta de recomendación expedida sólo para los que aspiran a ser triunfadores, pero la vida...

La vida es alegría, pero tambien infortunio, pena y preocupación. Nuestro autorretrato un día es genio y otros tiene los ojos desencajados de llorar. Así es el sacrificio de vivir...