Es tradición en esta ciudad el echarnos los trastos unos a otros, tanto en el ámbito político como en el personal, el empresarial y un largo etcétera.

Vivimos en una ciudad y provincia en fase terminal en las que, ni unos ni otros, nos ponemos de acuerdo en cómo revertir esta situación, a pesar que desde Ciudadanos hemos tratado estos casi cuatro años de ofrecer alternativas sensatas que aporten soluciones reales a nuestros vecinos, más allá de la política del "y tú más" a la que nos tienen acostumbrados los viejos partidos.

Los que están ahora pilotando la Casa de las Panaderas están sobrepasados en la gestión del día a día, sin una idea clara de ciudad, sin un mantenimiento, ni limpieza específica de barrios y zonas turísticas, con Concejalías que actúan más por impulsos y gustos personales que con eficacia y eficiencia.

Tenemos un alcalde al que sus pusilánimes socios de gobierno consideran erróneamente "primus inter pares", estando desde el minuto uno fagotizados y sin más alternativa que la de acompañar en el camino a los que pregonaban que iban a cambiar el rumbo de la ciudad.

Guarido ya se ha debido dar cuenta que no es lo mismo predicar que dar trigo, que no es lo mismo estar en la oposición y criticar el vuelo de una mosca que gestionar un Ayuntamiento con unos concejales que, en la mayoría de los casos, no han estado a la altura de lo que de ellos se requería.

Un equipo de Gobierno que no ha cumplido con las expectativas en todo el proceso de la definitiva marcha de Gaza fuera de nuestra ciudad, un partido socialista que, a la siempre segura sombra de sus socios en el Ayuntamiento, reaccionó tarde, mal y nunca para buscar una solución.

Un partido conservador con 10 concejales en el Ayuntamiento, una senadora y dos diputados nacionales que se perdió en declaraciones quijotescas en vez de buscar una solución real a un problema, que no venia de ahora. En definitiva no se supo entender las reivindicaciones de los emprendedores, que ya se pusieron sobre la mesa desde el primer momento.

A esta situación se une un cuadro no demasiado alentador para el emprendedor, con unos trámites burocráticos más propios del medievo que de la realidad que nos atañe en nuestro día a día, y que desde Ciudadanos hemos criticado desde el inicio del mandato ofreciendo opciones lógicas, como la externalización del servicio de concesión de licencias, que muchos emprendedores nos están reclamando, ante la desidia del actual equipo de gobierno.

Así pues, estamos ante una ciudad que necesita de todos y cada uno de nosotros para salir adelante y no dormir el sueño de los justos, una ciudad que exige un cambio, un cambio que no han sido capaces de dar en los últimos años, ni unos ni otros. De hecho, no hace falta más que salir a pasearla para ver el estado en que se encuentra; sucia, mal iluminada, mal conservada, llena de comercios cerrados... Una radiografía precisa de lo que nos estamos encontrando, en el día a día, los que vivimos en ella y pensamos que una ciudad mejor es posible, que no nos conformamos y que estamos dispuestos a ofrecer alternativas lógicas.

No salen prácticamente adelante propuestas atractivas para la ciudad por el caciquismo, envidia y servilismo de muchos de los que debían de dar un paso adelante y apostar por el futuro que nos merecemos; pero parece que es más importante mantener los privilegios que dan los cargos y ese falso status de los que algunos vienen haciendo gala, desde tiempos ya remotos.

Aplaudo las iniciativas que parten de la sociedad civil como Zamora 10 y la Plataforma Viriatos, integradas por personas que saben lo que sufrimos los que hemos apostado por quedarnos en esta ciudad, personas con talento, empuje y, sobre todo, ganas de cambiar el sino premonitorio de nuestra ciudad y provincia.

Esto no gusta a los todavía caciques que aún pululan por las diferentes organizaciones tanto publicas como privadas, eso sí gracias al beneplácito que lamentablemente les hemos otorgado entre todos.

Es el momento de dar ese paso adelante, de cambiar la forma de actuar y también, así hay que decirlo, de pensar, de luchar por lo que nos merecemos, de pedir y obligar que se cumpla lo que nos pertenece, de decirle a nuestros representantes públicos en la Junta de Castilla y León, en el Senado, y en el Gobierno de la Nación que es la hora de trabajar, de mirar por los intereses de todos, y no solo por los propios, y de revertir esta situación de superchería en la que nos han tenido tantos y tantos años. Y Ciudadanos está preparado para ofrecer este cambio.

En todos nosotros está, luego no nos lamentemos en vanas tertulias de bar o redes sociales de un futuro que nos pertenece.

(*) Portavoz de Ciudadanos en el

Ayuntamiento de Zamora