Ya lo decía el Infante Don Juan Manuel en los "Cuentos del Conde Lucanor": "En las cosas ciertas confiad / y las fantásticas evitad" Y es que cada dos por tres inciden en la fantasía y nos intentan vender una burra a sabiendas que todo el mundo está al tanto que ese simpático animal nunca llegará a ser una vedette, por mucho que la vistan de lentejuelas. Unas veces nos la han querido vender en forma de cúpula de la tecnología, otra de palacio de congresos, otra de campo de golf, otra de centro logístico, y ahora nos la quieren vender en forma de conservatorio de música. En todos los casos, aquella venta no pasó de ser una fábula más de las que nos ha venido obsequiando la comunidad de Castilla y León durante los casi veinte años de gobierno de Juan Vicente Herrera. Patada tras patada en los tobillos de Zamora, una provincia trasfronteriza que se desangra. Veinte años viéndolas venir, veinte años de justificaciones sandungueras, veinte años perdidos dándole los votos al fabulador oficial de estas tierras.

Pero, por si no tuviéramos bastante, ese virus de la engañifa, asociado al poder, parece que le está empezando a atacar al alcalde de la ciudad Francisco Guarido, quien ha contado algo que huele a fábula, como es la construcción de un centro cívico. Esa que empezó hace 500 días, cuando se hizo aquella foto con Herrera el 24 de julio de 2017, y ambos aseguraron que iba a hacerse el conservatorio y el centro cívico en el "agujero" que quedó como muestra de lo que debió ser el Palacio de Congresos, base del relato de la fábula anterior. Juraron y prometieron que ambas dotaciones iban a estar acabadas en 35 meses. Desde entonces ya han transcurrido 16 meses, 480 días, el 45% del tiempo previsto, y nada se ha hecho, porque nada debía haber dentro de la fabulada promesa. Ahora para justificar lo no hecho y lo que previsiblemente no se vaya a hacer se arrancan por peteneras diciendo que ambos edificios no caben dentro del "agujero" y que es mejor hacer un proyecto independiente para cada uno de ellos. De tal forma que, al separar ambas promesas, en lugar de un incumplimiento tendrán la oportunidad de incumplir dos, una protagonizada por la Junta de Castilla y León y otra por el Ayuntamiento.

Cualquier malpensado podría llegar a la conclusión que hace casi 500 días y sobre todo 500 noches - como dice la canción de Sabina - se marcaron un farol para marcar territorio en una partida de mus que nadie les había obligado a jugar, porque no parece de recibo que entonces el proyecto fuera posible y realizable, y ahora, 500 días después, no lo sea, salvo que con las últimas lluvias haya llegado a encoger el ya histórico y vergonzoso "agujero". Claro que alguno podría pensar que, por aquellos días de verano, en lugar de haber consultado con los técnicos, lo hubieran hecho con algún oráculo, y de ahí que pueda pasar lo que le ocurrió a aquel paisano, que dicen que compró una burra sin medir antes la puerta, y resultó que después no pudo meterla en la cuadra.

Miento, luego cabalgo que decía aquel caballero que vivía en un país donde la verdad estaba prohibida. Eso es lo que deja traslucir esta nueva salida de pata de banco en forma de "promesa en diferido" que ha surgido últimamente. Un nuevo cañonazo a la línea de flotación de la credibilidad. Una nueva lectura del cuento de los cabritillos, a los que a fuerza de decirles que iba a venir el lobo terminaron por no creérselo, y resultó que un día apareció el mamífero placentario y se los comió a todos.

A Herrera - al que hay que agradecerle de nuevo que nos haya vuelto a dejar en la cola del reparto de los Fondos de Compensación Interterritorial - le dará igual la indignación que puedan sentir los zamoranos en este nuevo despeje a córner, cuando el balón iba camino de la línea de gol, porque ya adelantó hace tiempo que dejaba la presidencia de la Comunidad, pero si Guarido tiene pensado continuar de alcalde debería pensar en explicar más claramente el argumento de esta última fabula, tan bien como lo hacía cuando estaba en la oposición. Quizás de esa manera tendríamos que hacer nuestros esos otros versos del Infante Don Juan Manuel "De la resolución que airado tú tomares / te arrepentirás cuando bien te informares"