El pasado lunes, doce de noviembre, leo con sorpresa, indignación y perplejidad un artículo sobre la capa alistana, firmado por Tomás Blanco, que para más escarnio dice ser alistano, arremetiendo contra la joya más importante de la indumentaria alistana. Como carbajalino de nacimiento y alistano por parte materna y paterna, San Juan del Rebollar y Tola de Aliste, comarcas hermanas que comparten esta ancestral capa, me veo en la obligación de contestar a este señor que utiliza expresiones ofensivas, denigrantes, que rozan el insulto, para descalificar a personas e instituciones ligadas a ella.

Félix Marbán, presidente de la asociación para la promoción y estudio de esta hermosa prenda, persona ejemplar, ha sido el centro de sus descalificaciones utilizando un lenguaje agresivo y soez, impropio de una persona culta y educada.

Félix junto con Ricardo Flecha, ambos con sensibilidades innatas para captar la belleza, han inmortalizado la Capa Alistana de "Honras y Respeto" en las artes de la escultura y fotografía que ellos cultivan, por lo que los alistanos les estaremos eternamente agradecidos.

En su lamentable artículo, critica de forma inadecuada y dura a ciertas personas a las que se les ha impuesto la capa de Honras; el papa Francisco y dirigentes del Partido Popular, han sido el centro de sus iras, usted ha manipulado la realidad, olvidando intencionadamente otras imposiciones a personajes del mundo de la cultura, del religioso, empresarial y político, algunos de ellos cercanos a su ideología; a todos ellos mi respeto y gratitud por haber contribuido a su promoción dentro y fuera de nuestras fronteras, uno de los objetivos de la asociación.

Siguiendo con sus incongruencias, descalifica la labor desempeñada por la actual presidenta de la Diputación, Doña Maite Martín Pozo, en relación a su visita al Vaticano, la cual, cumpliendo con su responsabilidad de promocionar la cultura y las tradiciones de los pueblos de la provincia, ha contribuido de forma notable, con su apoyo decidido a esta causa, que la tierra de Aliste haya sido reconocida en los medios del panorama nacional e internacional, por atesorar una de las más valiosas y solemnes prendas de la indumentaria popular europea. En su obstinación, critica el medio de desplazamiento utilizado por quienes fueron al Vaticano, siendo como es de esperar, el mismo que emplea usted cada vez que decide regresar a su tierra.

En este rosario de ofensas el esperpento es enorme y demoledor para nuestras conciencias, se atreve a enjuiciar a nuestros padres, abuelos y antepasados, acogedores, cercanos, abiertos, acusándoles de mercaderes, sin sentimientos, al acordar matrimonios por interés, anulando voluntades y desnudando la personalidad de sus hijos; salvo raras excepciones, los alistanos y alistanas se casaban por amor.

Siguiendo con su deslealtad a su tierra, dice que la capa no le representa por ser prenda de ricos, expresión leída en otro artículo cuyo autor no recuerdo o no quiero recordar; ¿de qué está hablando? En aquellas épocas sólo había pobres y menos pobres, los primeros solían llegar con estrecheces al final del verano, los segundos, un poco más desahogadamente, pero tanto unos como otros seguían siendo pobres.

Mis abuelos paternos, Juana y Fernando, con treinta ovejas, una pareja de vacas para laborar las tierras, veinte sacos de trigo y trece de centeno, sacaron adelante a sus siete hijos, Dios y ayuda les costó, y tenían su capa de Honras y Respeto, como la mayoría de las familias de estas tierras de Aliste, Tábara y Alba, que se vuelcan en su exaltación y se emocionan al escuchar las voces alistanas de la Agrupación Folclórica de Manteos y Monteras cuando cantan el himno dedicado a su tierra.

En uno de sus párrafos afirma ser cristiano, actitud loable, sin embargo el mandamiento de amar a sus semejantes, tal y como predicó Jesucristo, no lo pone en práctica quien ofende e hiere los sentimientos y las sensibilidades de las demás personas, causando dolor. Luis Prieto en un artículo reciente, lleno de generosidad y comprensión, describe acertadamente lo que debe ser un buen cristiano.

La capa alistana, de reciente uso pastoril, parece más bien tener su origen en el seno de las cofradías religiosas que arraigaron tan hondamente en la tierras de Aliste, en las cuales, los cofrades prometían a su Dios, el mío, honrarle y respetarle, de donde quizás provenga el nombre por la que la conocemos. A principios del siglo XX y hasta los años sesenta del mismo siglo, el proceso evolutivo de las costumbres y tradiciones hizo que su uso fuera retirándose del ámbito religioso, pasando a ser utilizadas, junto con otras de confección menos elaborada, por los pastores como protección contra los rigores del invierno, oliendo a sebo como usted dice, si bien añado el sustantivo campo por estar impregnadas del aroma de jara, brezo, tomillo y cantueso.

La capa ha sido confidente, testigo y memoria de sus vidas, en su manto han quedado gravados sus sentimientos y emociones, unas de gozo como el nacimiento de sus hijos, verlos crecer sanos y la abundancia de sus cosechas; otras dolorosas, como penurias económicas, enfermedades y sobre todo, la pérdida de sus seres queridos. Todas las alegrías y las tristezas se las manifestaban a su Dios con absoluta devoción y confianza, rogando su ayuda y consuelo en los momentos difíciles.

La historia de una vida es el conjunto de esas emociones, la Capa, sabedora de ellas, representa la memoria de sus pueblos.