Ni Gaza, ni Cisjordania si se me permite el símil territorial. No ha sido posible conseguir la franja que la Central Lechera Gaza necesitaba para ampliar su factoría. La burocracia, el desinterés político, en este caso municipal, la tradicional desidia imperante en Zamora han empujado a la empresa zamorana a trasladarse al Polígono de Coreses. Pierde Zamora. Zamora siempre pierde y, con urgencia, hay que revertir esta cuestión de las pérdidas permanentes.

No vale con lamentarse, que es lo típico, lo que han hecho desde el Ayuntamiento permanentemente, antes y ahora. Los lamentos hay que dejárselos a las plañideras. No se puede llorar como una mujer lo que no se ha sabido defender o mantener como un hombre. Y eso es así digan lo que digan y se pongan como se pongan. Qué mal se gestiona el progreso y el futuro en Zamora. No sé si es desinterés, apatía, abulia, mala leche, ganas de jo? der al prójimo o qué. Lo que sí sé es que Zamora sigue languideciendo a pesar del esfuerzo de unos pocos.

Nos acusan de que callamos y tragamos. No. Nos silencian, que es muy distinto. La tragadera ya no tiene diámetro capaz, por lo tanto tampoco tragamos. Pero es que como en casi todo, se me antoja una empresa harto difícil hacer entender a los que mandan cuál es el camino. Se encastillan en el despacho oficial y de ahí no hay quien los saque. No basta con pisar el pavimento que es donde está la realidad cotidiana, hay que tener voluntad. Y si no se tiene de nada valen los esfuerzos y las arengas. Luego, con lamentarse, al cabo de la calle.

Estimo que el Ayuntamiento tiene mucho que perder. Sobre todo en materia de impuestos, fundamentalmente el IBI y otros impuestos directos e indirectos. Da igual. Aquí no pasa nada. Y si pasa, que pase. Encima, hay que dar gracias de que GAZA no se haya ido a León o Valladolid donde, a buen seguro, hubieran extendido la alfombra roja a su paso. Llevamos muchos años, décadas de retraso con respecto a otras provincias de nuestra comunidad autónoma, precisamente por eso, porque el Ayuntamiento lo ha frenado todo. Entonces, durante el régimen franquista, durante la transición y actualmente.

Es como si los caciques, a izquierda y derecha, tuvieran miedo de que el progreso se instalara en esta tierra sedienta de atención y de estímulos. Te dan una buena noticia por un lado y cien malas noticias por otro. La proporción es desproporcionada siempre en contra de la ciudadanía y de la ciudad. Lo que han hecho con GAZA no tiene perdón de Dios, ni de los zamoranos. La mayoría habla y sentencia con razón. Nos han dado, no una bofetada, más bien un puñetazo mayúsculo en todo el morro.

Los zamoranos no deberíamos permanecer callados, encajando un tortazo y otro como si ese fuera nuestro destino. Para nada. Los zamoranos debemos ser más valientes, salir a la calle y no porque lo digan estos de la izquierda o aquellos de la derecha. Que no nos manipulen. Que no quieran lavarnos el cerebro. Los zamoranos debemos salir a la calle motu proprio y asustarlos un poco. Que vean de una puñetera vez que somos ciudadanos reivindicativos. Y no que nos las dejamos meter dobladas, con perdón.

Zamora necesita una ciudadanía con iniciativas, valiente y responsable que ponga las peras al cuarto a tantos mangantes como mangonean en la vida pública.