Los socios de Ganaderos de Zamora (Gaza) han decidido trasladar las instalaciones de la fábrica al polígono industrial "Los Pinares" de Coreses, a once kilómetros de la capital. Y lo han hecho casi por unanimidad, con el 90% de los votos, o sea que la mayoría lo tenía claro, quizás porque estaba harta de retrasos, incertidumbre, papeleos y luchas (y patadas) partidistas en un tema que no tenía que haber sido jamás campo de batalla político.

Solo minutos después de conocerse la decisión de la asamblea ya se habían reanudado las hostilidades y ya sonaban los primeros cañonazos contra el alcalde Guarido y su equipo de gobierno. Allá cada cual con sus palabras, sus demagogias, sus responsabilidades y su intento de sacar rentabilidad electoral de este asunto, pero lo curioso, revelador, indignante y cabreante es la reacción de quienes aseguran que Gaza "se va". Se irá de la capital, pero no de Zamora; ¿o es que Coreses pertenece a la Patagonia o está en las Chimbambas orientales?

He escrito "revelador" porque ese análisis-conclusión ("se va") descubre una forma absurda y peligrosa de entender la Zamoranía o como queramos llamarla. Y eso lo hemos sabido (y sufrido) los de los pueblos desde hace muchos años. Para ser pata negra de Zamora había que haber nacido en la capital, pasear por Santa Clara saludando a las familias de toda la vida y ser cofrade de no sé cuantas hermandades. Siempre hubo clases y siempre existían diferencias entre los internos y los externos (los mediopensionistas, pues eso, mediopensionistas) y entre los que iban al "Claudio Moyano" a pie desde su casa y los que bajábamos una vez al trimestre del coche de línea y traíamos la aldea pintada en la cara. Es decir, había dos o tres niveles de zamoranos y, claro, otras tantas maneras de sentir y querer esta tierra. Y este, a mi juicio, ha sido (y continúa siendo) uno de los males de aquí. Los "pata negra" no han hecho nunca suyos los problemas de la provincia, especialmente los agrarios y los de infraestructuras y servicios. Que protestaban los agricultores, bah querrán más subvenciones, a mí no me afecta. Que tal o cual zona reclamaba arreglos en las carreteras o mejoras en Sanidad, bah no es cosa mía, es mucho más importante el lío que tenemos en la presidencia de la cofradía.

El "Gaza se va" viene a resumir ese clima, ese ambiente de que lo que no está en la capital no está en Zamora. Imaginen que llega una empresa foránea y anuncia una inversión de 15 millones de euros. Y que va a alcanzar una producción de cien millones de litros de leche. Y que la materia prima a elaborar procede de granjas de la provincia con el consiguiente mantenimiento de puestos de trabajo indirectos y la creación de riqueza. Y que esa firma se va a instalar en Coreses, al lado de la capital. ¡Albricias, enhorabuenas y demás! Y a apuntarse tantos todos. Que si las ayudas, que si las gestiones, que si el Gobierno central, que si la Junta, que si la Diputación?Pues, oiga, todo lo de esa supuesta fábrica es lo que va a hacer Gaza en "Los Pinares". Pero en vez de albricias y disparos de cohetes festivos, lo que se dispara son dardos envenenados, críticas, búsqueda de culpas ajenas, exculpaciones propias y cálculo de votos.

Es casi seguro que los actuales trabajadores de Gaza sigan viviendo en la capital aunque la cooperativa se vaya a once kilómetros. Y es más que probable que los nuevos empleados también tengan su domicilio en la ciudad. Y que sea más cómodo y menos costoso llevar la leche a la nueva ubicación que a la actual. Y que los socios hayan decidido lo que han decidido porque quieren y les interesa, para eso son los dueños del invento y algunos lo crearon hace 52 años. Da igual. A los del "Gaza se va" les da lo mismo. Para ellos lo vital es que pueden sacudirle estopa a Guarido y a sus aliados del PSOE y, si me apuran, a todos los que les votaron. Y así, en próximos mítines y ruedas de prensa, podrán decir que el alcalde se cargó una empresa emblemática de Zamora. Ya lo hizo la semana pasada aquí Alfonso Fernández Mañueco, presidente regional del PP y próximo candidato a la Presidencia de la Junta. Y no solo eso, sino que preguntó, en alto, a sus fieles cuántas empresas había traido a Zamora Guarido. Hombre, don Alfonso, ¿cuántas trajeron los regidores del PP en años y años de gobierno?, ¿cuántas ha traído la Diputación con el PP eternamente en el poder?, ¿cuántas lograron usted y su predecesor, Julián Lanzarote, desde la alcaldía de Salamanca?, ¿cuántas consigió el PP para Castilla y León tras 31 años dirigiendo la Junta?, ¿quién le aconsejó que dijera eso aquí y ahora?, ¿o se le ocurrió a usted solito?

En fin, que Gaza no se va de Zamora. Gaza se queda. Buena noticia.