Toda actividad humana; matizando que todo el mundo debiera tener una por derecho y obligaciones consigo mismo y con los demás, para ser útiles, para justificar nuestra existencia, para no ser unos "chupocteros" sociales, unos "vagos y maleantes", unos "ni nis", unos pícaros; sin excepción, está orientada a satisfacer las demandas de nuestros semejantes. Así, la actividad del comercio que tiene como misión fundamental poner a disposición del consumidor final el producto que desee adquirir para atender sus necesidades y deseos ha de aplicar, en su quehacer diario, un empeño continuo de superación, de puesta al día, y demás, con el fin de que el cliente vea cumplidas sus expectativas y, como consecuencia de ello, vuelva al establecimiento para realizar sus compras, lo que implica la fidelización con la empresa con las ventajas de todo tipo que ello conlleva, como son la regularidad de ventas, de ingresos, de atracción de nuevos adquirentes por la labor de prescripción que realizan los que han visto cumplidos sus deseos en el establecimiento.

Y como actividad, de gran trascendencia económica y social, la del comercio tiene una regulación exhaustiva como es el decimonónico de Código de Comercio, Real Decreto de 22 de agosto de 1885, como la correspondiente a la normativa estatal, Ley 7/1996, de 15 de enero, de Ordenación del Comercio Minorista, Ley Orgánica 2/1996, de 15 de enero, complementaria de la de Ordenación del Comercio Minorista, etc; autonómica, Ley 16/2002, de 19 de diciembre, de Comercio de Castilla y León decreto 82/2006, de 16 de noviembre, por el que se desarrolla parcialmente la Ley 16/2002, de 19 de diciembre, de Comercio de Castilla y León, decreto legislativo 2/2014, de 28 de agosto, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Comercio de Castilla y León; considerando las modificaciones que todas ellas han sufrido desde su promulgación; y ordenanzas municipales, relativas a las "instalaciones de puestos..", "Mercado de Abastos", "venta ambulante", etc.; la cual habrá de observa quiénes se dediquen profesionalmente a ella; pues recordemos, tengamos presente y no olvidemos, pues no hay excusas que valgan, "que el no conocimiento de la Ley, no excusa de su cumplimiento", tal como dispone el Código Civil, cuyo contenido obliga a su observancia a todos con independencia de la tarea que realicemos en la vida realicemos.

Pero tengamos presente que la maximización del beneficio es el objetivo de toda iniciativa mercantil como lo es el comercio, con lo que supone de estímulo a la actividad económica, social, de creación de empleo, de crecimiento de la recaudación pública, etc., en suma, de bienestar general. Y para obtener unos resultados positivos se requieren multitud de requisitos, de cualidades, de aptitudes, de actitudes, etc., como lo exigen todas las conductas humanas con independencia de las metas que persigan.

Por lo tanto el que desee comenzar, o mantenerse, en el comercio debiera plantearse, antes que nada, si tiene la vocación que requiere, pues tiene naturaleza de servicio, con lo que supone de contacto permanente con los clientes, los proveedores, los acreedores, las Administraciones Públicas; es decir, como contempla la ciencia del marketing, a tener en cuenta y a aplicar persistentemente para lograr el éxito empresarial; es decir, si tiene el emprendedor o empresario dotes de relaciones públicas, de comunicación, pues el "trato personal" es fundamental, vital, pues "en los momentos de la verdad, el cliente recurrirá al componente humano por su imbricación con la parte emocional"; y, por supuesto, realizando estudios de mercado que permita configurar un plan de marketing, en que sus cuatro P estén perfectamente configuradas: precio, producto, promoción y placement (plaza, punto de venta, distribución).

Y considerar, sobre todo, al cliente, el "customer centric", como el "jefe", el "rey", que con sus compras permite a la empresa hacer frente a sus pagos, obtener beneficios, al que hay que respetar además por la dignidad que va implícita en toda persona; al que hay que atender, asesorar, escuchar, comprender, darle la razón siempre que se pueda; lo que debiera implica en el comerciante cualidades de empatía, de espíritu de servicio, de atención, de agradecimiento, de esfuerzo, de ejemplo y buen trato con sus empleados?.casi nada?en estos tiempos tan desdichados para a educación y el respeto propio y ajeno que de ella debiera derivarse?Siempre la educación como base de la responsabilidad, el esfuerzo, y el espíritu de superación, de puesta al día de cualesquiera actividades humanas como son las de naturaleza económico empresarial, entre las que se encuentran las de índole comercial.

Y esa puesta al día, requiere digitalizar el comercio, en todo lo que se refiere a sus procedimientos, administración, relaciones internas y externas, procurar el e-commerce, ser "consultor de soluciones personalizadas", "tener buenos datos y procesos", adelantarse a los requerimientos de la clientela por realizar estudios de prospectiva, de análisis de tendencias, tener en cuenta los cambios culturales, el análisis en tiempo real, de asistencia a ferias, de conocer la bibliografía y las revistas profesionales que aporten más ideas innovadoras