La cocina de línea fría del Complejo Asistencial de Zamora es una buena comida. Y no porque lo diga yo. Lo ha dicho el más crítico, caustico y exigente cocinero de la tele, Alberto Chicote. Llegó, vio, probó y aprobó tras ver todo el proceso que se desarrolla en la cocina del Complejo Asistencial, convencido de las bondades del sistema de línea fría. Un sistema con defensores y detractores. Hay quienes añoran la cocina de antaño como hay quienes abogan por la cocina de hogaño.

Lo cierto y verdad es que este sistema se está exportando a Iberoamérica, con éxito, dentro del Programa Iberoamericano de Modernización de la Nutrición Hospitalaria, Escolar, Comunitaria. Programa que lleva personalmente José Juan Santos, delegado de Gerencia y que ha logrado ya captar la atención de diversos países donde la prevalencia de la desnutrición hospitalaria está por encima del 50%.

En lo que a Zamora respecta, lo cuento porque bien lo sé, la línea fría, a pesar de los años que ya lleva implantada, no ha sido bien recibida. Pacientes hay a los que se les antoja "incomestible", bien es verdad que, poco a poco, va entrando por los ojos y por el paladar, hasta el punto de que la resistencia es cada vez menor. No queda otra. Por mucho que haya pacientes que esperan la llegada de la familia con algún tipo de alimento más acorde a sus gustos. Craso error, por lo que pudiera pasarles.

Lo que diga el médico al respecto va a misa y no se puede saltar a la torera. Tras el paso de Alberto Chicote por la cocina hospitalaria y la repercusión mediática que ha tenido, a nadie le cabe ya duda alguna de que se trata de una cocina más que aceptable, de una cocina saludable y beneficiosa, alejada de la comida basura o casi que sirven en algunos centros que nada tienen que ver con el Complejo Asistencial de Zamora.

Soy una defensora a ultranza de la Sanidad Pública. Se puede no estar de acuerdo en algunos aspectos o con algunos comportamientos, pero en España y por ende en Castilla y León y Zamora, somos verdaderamente afortunados. Ya la quisieran para sí algunos países comunitarios y el todopoderoso Estados Unidos. Que nunca nos falte la Sanidad Pública. Por ella sí hay que luchar, sí que debemos tirar entre todos, fundamentalmente desde la administración comunitaria donde es precisa mayor sensibilidad ante algunos problemas sangrantes.

Todas las incógnitas que pesaban sobre la línea fría han quedado despejadas tras la sentencia del mediático cocinero. Chicote es de los que no pasa ni una. Y lo mismo le da si se trata de un restaurante, de un hotel, de la Onu, de la Otan o de una red hospitalaria. Si las cosas no son o no están a su gusto, Chicote habla y por su boca puede salir de todo. En este caso ha sido todo bueno. Aquella apuesta arriesgada de hace diez años se ha consolidado y ha sido incluso refrendada por el azote Chicote. Hay que tener visión de futuro y adaptarse a los tiempos. Y lo que funciona en otros países de Europa como un acierto, bien puede funcionar en el nuestro.

Es cierto que el hombre es animal de costumbres, pero a veces hay que abandonar unas y adaptarse a otras que van parejas con el progreso, con la modernidad, con los nuevos tiempos en los que el cambio es la forma y la norma. La del Complejo Asistencial, y mucho tuvo que ver Rafael López, es una buena cocina y una buena comida. Que nadie lo ponga en duda. De otra forma, a lo mejor se las tienen que ver con el mismísimo Alberto Chicote.