Cuando las eurodiputadas promovieron el Seminario sobre la despoblación de las zonas rurales en la provincia de Zamora el pasado día 26 de octubre, se supone que tenían buena información estadística sobre el tema y que pretendían implementar un conjunto de programas para solucionarlo. Sobre la estadística, poseían una excelente información, dijeron que el pasado año 2017 habían abandonado la provincia 3002 jóvenes en busca de trabajo, la mayoría con estudios universitarios. Esto supone que los recursos económicos para su formación, en su mayor parte, salieron de los presupuestos del Estado que dedica a esta provincia y, que no existe relación entre la inversión y el posterior beneficio de la alta cualificación adquirida.

El tema de proyectos quedó sin, siquiera, apuntar y el tiempo para las intervenciones me pareció escaso.

En la sociedad globalizada que se nos intenta presentar como óptima este aspecto no debería representar ningún obstáculo para el desarrollo integral del bienestar a nivel global porque los recursos son universales, pero en la práctica comprobamos que eso no sucede. Hay países más desarrollados que otros, incluso dentro de cada uno existen regiones en las que las condiciones de vida de sus habitantes hay grandes diferencias. Las personas mayores tienen más comodidades para la vida diaria, hay más oportunidades de encontrar trabajos bien remunerados y los jóvenes tienen mejores oportunidades para conseguir un empleo. Con lo cual, el principio de igualdad constitucional no se cumple.

En Europa estos desajustes sociales deben ser corregidos por el Parlamento europeo para que los habitantes de cada una de las regiones tengan las mismas oportunidades de desarrollo y bienestar. El único partido político que puede garantizar que se cumpla este objetivo es la Socialdemocracia, aunque parece que el objetivo del Seminario era reunir información sobre las necesidades más perentorias, en la provincia de Zamora, fundamentalmente las que afectan a los habitantes de las comarcas de la Raya.

Mi intervención la planteé en cuatro puntos: los dos primeros están relacionados con las personas y los dos restantes, uno con los medios de comunicación y el otro con los recursos naturales.

Los habitantes de estas comarcas, entre el sesenta y el ochenta por ciento son personas que vivimos de la pensión de jubilación, la mayoría han ejercido su profesión como autónomos y las pensiones, en muy raros casos, alcanzan el nivel máximo. En cualquier caso, suponen la mayor riqueza de la comarca, es decir, el resto de la riqueza que existe por todas las demás actividades no alcanza a la que se percibe por las pensiones. Se recibe del Estado más riqueza de la que la se crea.

Entorno a este colectivo se puede crear una industria generadora de riqueza pero no de la única forma que está haciendo, que es estabular a los mayores en residencias para que esperen con dignidad en final de sus vidas. Eso no es un remedio al envejecimiento, es, en muchos casos, un medicamento paliativo.

Mientras estoy escribiendo esta columna leo en este periódico la noticia de que cada día se van al paro cuarenta zamoranos y en un periódico nacional, también de hoy, hay una sentencia del Tribunal Superior de Castilla y León que condena a la Junta de CyL por no haber elaborado planes de calidad del aire preceptivos para controlar el ozono troposférico, un contaminante del medioambiente que causó en "España 1.800 fallecimientos prematuros en 2015". El documento que se elabore debe incluir, entre otras zonas: "Salamanca, Duero Norte y Duero Sur". Y nosotros presumiendo de Reserva de la Biosfera".

(*) Concejal por el PSOE en el Ayuntamiento de Peñausende