El presidente Herrera sigue haciendo caso omiso a todo lo que se le argumenta sobre el desastre sanitario que padece nuestra comunidad autónoma y que incide notablemente en Zamora. Sólo me faltaba tenerme que alinear con Podemos. Los del círculo morado piden la dimisión de los altos cargos sanitarios autonómicos por su gestión. Petición que suscribo a tenor de las conversaciones que he mantenido con distintos médicos de la capital y de la provincia. La mayoría se siente engañada y abandonada a su suerte. La peor parte, por razones obvias de incompetencia, se la lleva el eximio consejero de Sanidad. Ignoro si este señor es como "Nerón", tal cual lo ha tildado la formación morada, no quiero descalificarle gratuitamente, lo que sí sé es que es nefasto para la salud de la sanidad pública en Castilla y León. Me han contado tantas cosas, son tantas las meteduras de pata provenientes de la consejería que preside Antonio María Sáez que tengo que procesar mentalmente toda la información que poseo al respecto y que deja muy mal parados a los responsables del Sacyl. Toda la pésima gestión que tanto se crítica a lo largo y ancho de nuestra comunidad tiene un responsable mayor al que todos señalan, Juan Vicente Herrera.

Sería una pena, presidente, que después de tantos años dando el callo, se tenga que ir por la puerta de atrás, con más pena que gloria y de forma indigna, odiado por la mayoría y aplaudido tan sólo por los palmeros que todos los responsables de cargos como el suyo llevan tras de sí. Que error cometen los que se dejan guiar por los palmeros. Al presidente Herrera le ha costado mucho, a lo largo de tantas legislaturas, coger ciertos toros por los cuernos y romper por lo sano, nunca mejor dicho. Como si les debiera el cargo y la vida a sus consejeros. Nada más incierto. Sin embargo cesar a los incompetentes, a los que lastran su gobierno no ha entrado ni entra en sus planes. Por eso ni es mejor persona, ni es mejor político, ni mejor presidente de Castilla y León.

No sé si el presidente Herrera tiene miedo o porque se va a ir, está dejando que las aguas del río corran, aunque sea de forma procelosa, sin inmutarse. Los ciudadanos estamos más que hartos. Algún indocumentado cree que porque se critique ahora no sabemos que esto viene de antiguo. Lo que ocurre es que denunciar, criticar estos y otros comportamientos, no sirve de nada porque quienes deben y pueden no hacen ni caso. Anden ellos calientes y critique la gente. Decirle unas cuantas verdades al presidente Herrera, demostrado ha quedado, es como el que oye llover. El señor Herrera y el consejero de Sanidad, tan falto de sensibilidad, se pasan por el forro de sus pantalones, los anuncios de manifestaciones, de huelgas y demás movidas de protesta. Y es una pena. Me parece que de nada sirve ya pedirles, rogarles que reaccionen. Especialmente al presidente que parece estar en la inopia. Prefiero que esté en la inopia antes de saber que está al corriente de todo y no hace nada por evitarlo. Todavía está a tiempo. Su decisión al respecto sería aplaudida y valorada convenientemente por una ciudadanía harta y una profesión, la sanitaria, que está hasta los mismísimos de ver cómo les toman el pelo, como les engañan, como se ríen de ellos. Ni siquiera son coherentes con los médicos que militan en sus mismas siglas. Señor Herrera, menos maquillaje y más realidad. No sea un Nepote ideológico, demuestre, está a tiempo, que los ciudadanos de esta comunidad le importamos.