En el año 1834 se promulgaba en España el Estatuto Real, con el que se pretendía un cierto reinicio del régimen constitucional. Puesto que por entonces no había Cortes, fue el Gobierno de Martínez de la Rosa el que se encargó de la elaboración , que en poco meses estuvo ultimado, encargándose de sancionarlo la Reina Gobernadora el 10 de abril de 1834.

Un mes más tarde, se convocaban las Cortes Generales y comenzaba la vigencia de aquel texto breve, de solo cincuenta artículos que, como texto constitucional resultaba incompleto, puesto que no regulaba los derechos y libertades, sino solo la organización, funcionamiento y funciones de las Cortes.

Aunque hay muchos autores que no reconocen al Estatuto Real la categoría de Constitución, en Zamora se celebró su promulgación construyendo un obelisco de piedra conmemorativo que se colocó en la Plaza de la Yerba (hoy Plaza de Sagasta)-

En aquel periodo de mandato de la reina María Cristina, como Reina Gobernadora durante la minoría de edad de su hija Isabel II, se recomponía el castillo de la ciudad y se reforzaban las murallas para convertir a Zamora en Plaza Fuerte. Para construir los muros, a modo de fortaleza que uniera la Catedral, el Palacio Episcopal y el Castillo se aprovecharon materiales de la antigua casa de Arias Gonzalo y se trajeron muchas maderas del bosque de Valorio que quedó muy desforestado. Al vecindario se le impuso un considerable reparto de mano de obra y así quedó la ciudad convertida en Plaza de Guerra.

Algunas partidas carlistas se batieron en nuestra provincia, por Toro y Alcañices, contra los Carabineros y los nacionales, logrando estos llegar hasta Miranda, hasta que llegó el general Rodil con un potente ejército que obligó al pretendiente (don Carlos) a embarcarse en Portugal, desapareciendo el riesgo de que Zamora fuera escenario de aquella guerra carlista.

Doña María Cristina de Borbón- Dos Sicilias fue Regente del Reino entre 1833 y 1840, durante una parte de la minoría de edad de su hija Isabel. Fernando VII murió en 1833 habiendo nombrado en su testamento Gobernadora del Reino a su esposa, cargo en el que sería confirmada por las Cortes Constituyentes en 1836, habiendo quedado viuda el 28 de diciembre de aquel mismo año.

Volvió a contraer matrimonio morganático en secreto con un sargento de su guardia de corps, Agustín Fernando Muñoz y Sánchez. Esta relación no fue bien vista por la sociedad de la época.

Su tío y cuñado, Carlos María Isidro de Borbón se negó a acatar la Pragmática Sanción de 1830, afirmando ser el legítimo heredero del Trono, e inició la que se conoce como la Primera Guerra Carlista, que finalizó con el "Abrazo de Vergara".

Tras varios intentos fallidos de conciliar las tendencias políticas entre progresistas y moderados, María Cristina se vio obligada a ceder la Regencia a Baldomero Espartero y exiliarse.