El pasado sábado 27 de octubre este periódico, bajo el título: "El desafío demográfico, reto de la política común", le dedicaba dos páginas completas a comentar las opiniones de los asistentes al Primer Congreso sobre despoblación celebrado en esta ciudad el día anterior. "El Seminario se inscribe dentro de la iniciativa de la Oficina del Parlamento Europeo en España, que tiene como objetivo acercar el trabajo y el funcionamiento de la Eurocámara a los ciudadanos de distintas localidades españolas, como Zaragoza, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla, Toledo y Santander, para abordar asuntos de interés público, como la política europea de seguridad y defensa, el Brexit, el empleo y la agricultura en las regiones ultra periféricas, el transporte limpio, y la política de conciliación y la lucha contra la violencia de género". En Zamora solamente se habló de despoblación: sus causas y sus consecuencias sociales.

Estuvo moderado por la riojana, María Andrés Marín, el tiempo que se le concedió a los oradores fue muy limitado aunque dio la impresión de que el diagnóstico de la situación actual en las comarcas de la Raya, Aliste, Sayago y Vitigudino, era bien conocida de todos, otra cosa son las causas que la han originado, que no se habló de ellas. Verán porqué la gente se va de los pueblos y deja atrás una vida idílica, como dijo el representante de la Junta de CyL, y yo puedo añadir que en ellos prácticamente no existe paro. Sencillamente porque las condiciones de vida en los pueblos de estas comarcas es más incómoda y menos atractiva que las de la ciudad. Hay infinidad de situaciones en las cuáles uno lamenta vivir en una población a donde no hay una sola tienda donde puedas comprar los productos básicos de consumo diario.

El otro día cuando tenía preparado el café para el desayuno me di cuenta que no tenía leche, era viernes y Paulino, que nos suministra de pan y de cuatro o cinco productos más, entre ellos la leche, no iba al pueblo hasta el día siguiente hacia las trece treinta horas. Me tomé el café aguado y a media mañana tuve que ir a Zamora a comprar una caja de leche y de paso algo para hacer la comida, ya que no tengo vocación de "faquir". Esto que me ocurrió a mí sucede en muchos pueblos de Sayago.

Evidentemente un hecho tan elemental no justifica que las zonas rurales se despueblen, las causas son mucho más profundas. Hasta ahora los habitantes de los pueblos han gozado de peor consideración que los urbanitas, incluso teníamos peor aspecto físico y el trabajo al que nos dedicábamos, agricultura y ganadería parecía un trabajo de esclavos. Hoy ese aspecto ya se ha superado pero las condiciones para educar a los hijos en las mismas condiciones que los de la ciudad son más difíciles, requieren de un mayor esfuerzo de los padres en trabajo y en medios económicos y las comodidades para que los padres hagan una vida social equiparable a los de la ciudad es muy inferior.

Yo tuve una pequeña intervención en ese seminario que expuse en cuatro puntos que iré explicando en sucesivas columnas. Entre otras cosas dije que no estaba seguro de que los niños de una escuela en la que solamente haya media docena de alumnos pudieran alcanzar el mismo nivel intelectual, de socialización y de cultura que los agrupados en colegios más numerosos.

La idea de las eurodiputadas era recoger las opiniones de diversos sectores de las comarcas más despobladas, sus causas y posibilidad de implementar proyectos para revertir la situación. A este reto nos vamos a enfrentar en el futuro inmediato.

(*) Concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Peñausende.