Acérquense, señoras y señores. El Congreso de los disputados Diputados ofrece barra libre. Como camareros de lujo, Sánchez, Iglesias, Garzón, Rufián, Tardá, Urkullu y compañía. Pueden pedir a su antojo cóctel de injurias, tentempiés de enaltecimiento del terrorismo, bocadillos de ofensas religiosas que se darán de forma totalmente gratuita, aperitivos de ultrajes a la bandera y a los símbolos del Estado, empanadillas de insultos, y canapés de delitos de odio a tutiplén. Unidos Podemos, cual ameba comecerebros, ha hecho lo propio con el PSOE, siglas en otro tiempo de Estado, y va sacando adelante todo lo que se propone y le propone al partido de Pedro Sánchez.

Con esa mayoría vergonzosa e insultante en la que cabe de todo y nada bueno, las propuestas de Iglesias van alcanzando la mayoría que persigue quien nos quiere "bolivarizar" si se me permite la expresión. España se parece cada vez más a Venezuela. Espero que no llegue a parecerse nunca en el sometimiento de los ciudadanos, en el hambre, en la precariedad más absoluta, en la ausencia de libertades y derechos y esas cosas que para esta gente no tiene importancia en la práctica, por mucho que en la teoría se les llene la boca de palabras que, visto lo visto, son huecas.

La propuesta de Unidos Podemos que ha respaldado este PSOE que en nada se parece al PSOE con sentido de Estado que conocíamos, no sólo permitirá trivializar el enaltecimiento del terrorismo, los ultrajes a los símbolos del Estado o los delitos de odio. La propuesta de Unidos Podemos que ha respaldado el PSOE, con compañeros de camino como el PNV, Bildu, Compromís y joyas así por el estilo, situará a la fe que profesan la mayoría de españoles y a la Corona en una situación de vulnerabilidad insoportable e insostenible. Los Valtonyc, los Hasél, los Willy Toledo, toda la escoria de España se empleará a fondo, en medio del beneplácito del tándem Iglesias-Sánchez, contra los que siempre han sufrido sus insultos y sus afrentas.

Todos con lengua de carretero, de los de antaño, de los del 'mecaguen todo lo que se menea', del cielo a la tierra y viceversa. Pero es que el resto no podemos ponernos a la misma altura. La diferencia vendrá marcada, como siempre, por el respeto y la tolerancia de unos, y los insultos y la intolerancia de otros en función de fe e ideología fundamentalmente. Sánchez no sabe lo que ha hecho, por eso es un peligro. Dejar desprovista de protección a la Corona, en plena campaña de acoso y derribo, ha sido bochornoso e insultante. Tanto como les gusta a Sánchez y señora que les hagan el 'rendez-vous' en el besamanos del Palacio Real y tan poco respeto como muestran y demuestran al Rey de España y todo lo que la monarquía española, valorada en todo el mundo menos en España, representa.

Cómo es posible que se apele a la libertad de expresión cuando de enaltecimiento del terrorismo, ofensas a los sentimientos religiosos e injurias a la Corona se trata. Causalmente los sentimientos religiosos que se ofenden son siempre los mismos, lo de los católicos, los de los cristianos. Al Islam ni tocarlo. Y no es que yo pida que se haga, líbreme Dios. Comprometer de forma tan poco escrupulosa la defensa de los valores constitucionales es como limpiarse el culo con la propia Constitución. Sí, esa que celebra 40 años y que al cabo de los mismos, unos pocos quieren considerar papel mojado. Con Franco también había chistes sobre el Caudillo y nunca pasó nada. Pero es que lo que ahora se hace no son chistes ni fáciles ni difíciles, lo que ahora se hace son injurias, iniquidades e intentos de golpes de Estado.