En las Memorias Históricas de la Ciudad de Zamora, escritas por don Cesáreo Fernández Duro, se cita un acuerdo del Ayuntamiento, del año 1606, en el que se fijaban las tasas que habían de pagar determinados artículos , entre los que se señalaba: " La aloja con nieve, a 16 maravedíes el azumbre". Concretando que se trataba de una bebida refrescante compuesta de agua de arroz, miel y especias. Se introdujo en España por los árabes, teniéndola por muy agradable al paladar y que también prevenía varias enfermedades. Las alojerías se distinguían por una bandera blanca cruzada de rojo, reminiscencia de la que en los tiempos de la Reconquista señalaba la tienda del campamento en que se vendía este refresco. Hasta el primer tercio del siglo diecinueve se hizo gran consumo de aloja en toda España, pero desde que aparecieron las botillerías primero y las cafeterías después, se olvidó la aloja ante la oferta a los consumidores de otras bebidas refrescantes más atractivas.

En aquella relación de tasas acordadas por el Ayuntamiento, también podíamos ver otras curiosidades como: "El vino superior, a 36 maravedíes; la carga de agua, a 3 mrs. , de los arcos abajo, y a 4 de los arcos arriba. A los confiteros, especieros y aceiteros se impuso rebaja en los precios que mantenían después de pasar la carestía, moderando también la maquila en la aceñas y quedando el pan cocido, por término medio, a 20 maravedíes las dos libras".

Otra curiosidad que ahora nos puede sonar como excéntrica, es la referencia a un conflicto que hubo en aquellos tiempos con personas que se dedicaban a la confección de "molletes de leche, manjar blanco, empanadas y tostadas y otras cosas de comer que hacían mucho daño y perjuicio a la república, por el gran vicio que esto ocasionaba a las gentes". Las reclamaciones fueron atendidas, haciendo saber que no se permitirían hacer ni vender estas cosas, so pena de dos mil maravedíes y destierro por dos años.

Para la venta del pescado se señaló un sitio fijo: se quitaron las tiendas fronteras a las Casas del Consistorio , "por el mucho estorbo a la vista de la Audiencia, y porque entre ellas y detrás echaban inmundicias", y se les hizo un local cubierto para que pudiesen guarecerse las panaderas en tiempo de lluvias (en la actualidad, se trata del lugar que ocupa el Nuevo Ayuntamiento, que todavía recordamos como "Casa de las Panaderas").

En aquel acuerdo se decía también: "Se hicieron ordenanzas para los malcocinados y los pasteleros, de los que habían quejas porque acaparaban extramuros las anguilas y las mejores piezas de caza que llegaban a la ciudad". De este acuerdo se puede sacar la conclusión de que se referían a los que llamamos restaurantes, pues la palabra "malcocinado" está definida como receta típica de Alozaina, una localidad de la provincia de Málaga.