Cuando se tienen ganas de incordiar se sacan relucir viejos recursos, como el de Gibraltar español, o se entra en algo tan manido como lo es la guerra de las banderas. Que si la tuya es más fea, que si la mía es más grande, que si la del otro no la respeta nadie. Y así se trata de disolver en esa tela los verdaderos problemas. Pero si el balón no entra en la portería el partido no se gana, por muchas banderas que se pongan, o por muy grandes que estas sean. Y si no que se lo digan al Real Madrid que no le mete un gol ni al lucero del alba, por muchas banderas blancas que sacan sus seguidores todos los domingos en el estadio Bernabéu, porque lo que le hace falta es un delantero centro, y mientras eso no se resuelva de nada les va a servir sacar un mástil que se vea desde Vallecas a San Chinarro.

Aquí, en Zamora, el PP ha sacado a colación el tema de la colocación de una enorme bandera de España que, en su momento fue instalada en el parque de la Marina, y que en un determinado momento se tronchó, cerca de su base, cayendo al suelo. Afortunadamente no cogió a nadie por medio y el daño se quedó en un susto. Pero de haber impactado en algún ciudadano ahora estaríamos hablando de otra cosa.

Lo cierto es que durante el tiempo que estuvo ondeando la bandera en su alargado mástil no mejoraron las cosas en Zamora, ni el paro, ni la despoblación, ni nada de nada, de manera que lo de tenerla más grande no es una "necesidad" como dice la portavoz del PP, sino más bien un compromiso, ya que así fue aprobado en su momento en un pleno municipal. Aunque eso sí, instalándose en un lugar adecuado, exento de que los viandantes no estén amenazados de sufrir un accidente si volviera a quebrarse el mástil. De manera que habría que buscar un lugar en el que la superficie protegida, inaccesible para los peatones, fuera proporcional a su altura, o sea, que para un mástil de 30 metros la superficie inhabilitada sería próxima a los 3000 metros cuadrados. Pero en la ciudad no parece haber muchos lugares que lleguen a cumplir con este requisito, incluido el de "la Marina", de ahí que no sea fácil encontrarlo.

Disponer de una bandera, banderita, banderola o banderón de España no parece que, por estas tierras, pueda parecerle mal a nadie, más bien todo lo contrario, porque esa es la bandera de todos, pero lo que cada vez aburre más es que siga existiendo gente que lo use como arma partidista, que trate de manipular los sentimientos, y de enmascarar la realidad. Por eso cuando alguien dice que "la bandera de España garantiza valores como la igualdad, la democracia y la convivencia entre los españoles", no dice la verdad, porque en todo caso lo simboliza, ya que quien garantiza esos valores es la Constitución.

Y quienes más luchan por defender esos valores son aquellos que cumplen con su trabajo, quienes crean empleo, quienes dejan en buen lugar a este país fuera de España. Es la gente honrada, que no roba, ni practica la corrupción, quienes aguantan estoicamente en el paro, viendo como los representantes de la patria se suben el sueldo o las dietas en el Congreso o en el Senado.

De poco nos sirve a los zamoranos tenerla más grande y más larga si cada vez somos menos, si el nivel salarial es el más bajo de la región, si el nivel de empleo sigue siendo patético. Más vale que quienes se preocupan tanto por nosotros dejen de entrar en guerras de banderas, y lo hagan en defensa de nuestras necesidades que no son pocas.

A ver si llega el día en que la clase política se remanga y se pone a discutir sobre si se instala aquí la Mitsubishi o la General Motors, implantando unos cuantos miles de puestos de trabajo. Mientras tanto, póngase la bandera en un lugar protegido, y pónganse sus señorías a trabajar en algo que saque de la miseria a estas tierras que ya va siendo hora.