Para unas cosas el Ministerio del Interior actúa con una diligencia envidiable y para otras se duerme en los laureles, se calla o se hace el longuis. El ministro Grande Marlaska se ha dado mucha prisa en dar la orden de expedientar al responsable de la comisaría del distrito de Ciudad Lineal que tuvo la ocurrencia de invitar a "Billy el Niño" a la fiesta del Patrón de la Policía Nacional, los Santos Angeles Custodios. Sin embargo se ha lavado las manos en el caso de los privilegios que gozan los presos del 1-O. El argumento esgrimido es un insulto para los españoles de bien y que no es otro que las cárceles a las que los trasladó a principios de julio dependen de Cataluña. Si no los hubieran trasladado, si no hubieran cedido a las presiones independentistas no estarían cayendo en el agravio comparativo con los demás presos españoles con delitos mucho menores que el de sedición, que es de lesa humanidad.

Por esa regla de tres, al prisionero de Brieva debieran tratar de alegrarle la soledad de alguna manera que denote privilegio. Por esa regla de tres a los corruptos de este y aquel caso, que les apliquen también privilegios. Para los únicos que hay privilegios es para los sediciosos y para los corruptos del Psoe andaluz que van y vienen sin que nadie se atreva a aplicarles la pena que corresponde a los mayores corruptos de la historia de la democracia en España.

Se está demostrando que las leyes van donde quieren los mandamases del PSOE. También en el caso de Rodrigo Rato. Lo hizo, que lo pague. Pero a la hora de informar, señor Grande Marlaska, señores y señoras de todas las televisiones patrias, no olviden mencionar que con Rato irán también a prisión, distinguidos miembros de Izquierda Unida, del Partido Socialista Obrero Español, de Comisiones Obreras y de la Unión General de Trabajadores. Gentes como José Antonio Moral Santín (IU, 4 años). Antonio Romero Lázaro (Psoe, tres años y dos meses). Gonzalo Martín Pascual (UGT, tres años). Francisco Barquero (Comisiones Obreras, tres años y dos mees) Y así hasta cuatro condenados del PSOE, tres condenados de Izquierda Unida, dos de Comisiones Obreras y otros tantos de UGT. Y porque no había de Podemos, sino apueste lo que quiera a que habría varios condenados del círculo morado.

Lo que el ministro del Interior no puede ni debe hacer es lavarse las manos, como Poncio Pilatos, cada vez que su digno ministerio o el que sea mete la pata hasta el corvejón. Hay una denuncia contundente que detalla uno a uno los privilegios que reciben en las cárceles catalanas, donde les envió el PSOE, los distintos miembros del mayor acto de sedición ocurrido en España en los últimos cuarenta años. En cuanto salen cuatro violentos independentistas protestando por esto o por aquello, algunos se cagan la pata abajo, perdón por lo escatológico del término, pero es que es verdad. Menos miedo y más vergüenza torera.

Nunca se ha debido transferir la gestión de la política penitenciaria como se hizo a través de un real decreto que traspasó a Cataluña la administración penitenciaria. El Estado español debe reservarse según qué competencias. Además, eso supone otro agravio comparativo más con comunidades que están más dejadas de la atención de Madrid, gobierne quien gobierne, como Castilla y León. El informe de un jefe de servicio da cuenta al detalle de los privilegios y complicidades de que gozan los presos nacionalistas alojados en Lledoners. Y el resto de presos ¿qué?