Hace unos días un matrimonio, amigos desde hace años, que pertenecen a Encuentro Matrimonial, me compartían esta afirmación: "Creemos que el amor para toda la vida es posible, que merece la pena y está a nuestro alcance si nos lo proponemos".

Sus palabras me sirven para comentar la Palabra de Dios de este domingo. Pensaba titular este comentario: "Llamados a ser comunión", pero aprovecho su convicción para hablar de fidelidad, una palabra un poco complicada hoy cuando tanto asustan los compromisos definitivos.

Sin embargo, Dios sigue llamando a la puerta y encuentra corazones abiertos, dispuestos a decirle: "Aquí estoy".

Hace pocos días celebrábamos con gozo la ordenación como diáconos de dos jóvenes de la diócesis. Varios sacerdotes han celebrado también los 25 años de su ordenación y nos compartían su alegría, su agradecimiento y su deseo de seguir, con ánimo renovado, en la misión recibida de Dios. Este verano seis Hermanos Menesianos celebraban sus Bodas de Oro. El Superior les dijo en esa ocasión: "No celebramos vuestra fidelidad? Celebramos la fidelidad de Dios con vosotros, a lo largo de estos 50 años".

Quizá esta sea la clave: la fidelidad de Dios. Marcos dice: "Lo que Dios ha unido"? Lo que Dios ha unido, lo que Dios cuida en nosotros, el amor que es para toda la vida, nos pide manos y corazón abiertos para hacerlo vivo cada día. Disponibilidad y decisión para cuidar los pequeños detalles cotidianos de cariño y entrega. Es una llamada a los casados, pero también a los consagrados y a los solteros que reciben la misión de construir su Reino desde diversos compromisos eclesiales. Dios es fiel y Él nos sostiene. Dios nos bendice todos los días de nuestra vida.

Jesús vuelve a poner como referencia a los pequeños, a los niños. Los abrazaba y los bendecía, porque de los que son como ellos es el Reino de Dios. Otra llamada a la fidelidad: no olvidemos en la Iglesia a los pequeños, a los frágiles, a los necesitados. Más aún, no seamos como los discípulos, que trataban de impedir que los niños se acercaran a Jesús? Seamos facilitadores del encuentro con Jesús. Que nuestra cercanía, nuestro cariño, nuestra acogida y compromiso con los pequeños, con los débiles,? Les lleve a Jesús.