Este es el título de una exposición que permanecerá en la Sala de Exposiciones de la Casa Revilla de Valladolid, hasta el día 14 de octubre de 2018, con la colaboración de la Fundación Joaquín Díaz, donde se recogen una serie de utensilios e imágenes de distintos centros de enseñanza de Valladolid, entre los años 1850 y 1950.

La visita a la exposición me he recordado los primeros años de mi infancia en la escuela pública de Valdescorriel y los posteriores en el colegio.

El título " Aprendiendo a Vivir", es verdaderamente interesante y visitando reflexionando sobre la exposición, que aparentemente solo se refiere a imágenes de los centros de enseñanza vallisoletanos entre los años 1850 y 1950, a quienes hemos estado internos en colegios, ello nos trae recuerdos que no siempre son agradables.

A través de esas imágenes, hemos visto los comedores, los dormitorios corridos, las clases, los patios, la capilla, el salón de estudio, etc... , en definitiva, todas las dependencias.

Cada visitante que ha conocido y vivido en esos centros concretos o en centros afines en otros pueblos o ciudades, tendrá su propio recuerdo y opinión al respecto.

Es sabido, que en general, los centros docentes con internando eran regidos en general, por instituciones religiosas y los que hemos vivido en esos centros conocemos lo que allí se respiraba, en cuanto a la disciplina en los primeros años de la década de los años sesenta del pasado siglo. y la calidad de la enseñanza. La disciplina era el lema imperante y el afecto y cariño eran inexistentes, el lema para sobre vivir era "sálvese quien pueda " equivalente a búscate la vida como puedas.

Mis lectores, conocen, por mis artículos, la opinión que tengo sobre mi primer colegio donde cursé interno, el bachillerato elemental, plan 1957, referente a su disciplina y la calidad de su enseñanza. No podemos confundir disciplina con calidad de la enseñanza.

Nuestro paisano, D. Claudio Moyano Samaniego, político liberal, que bien merece un homenaje permanente, por su contribución a la Educación, con la publicación de la Ley Moyano, que ha estado vigente hasta 1970, fue quien hizo aprobar la Ley de Instrucción Pública.

La enseñanza obligatoria terminó con los establecimientos conocidos como " la amiga ".

A la hora de escribir estas líneas, me he tomado un momento y he ojeado varios libros relacionados con la educación, en concreto, sobre la Institución Libre de Enseñanza ( ILE ) ( D. Francisco Giner de los Ríos ), " Cien años de Educación de la Mujer Española " , de Dª. Carmen de Zulueta; sobre Dª. Justa Freiere, nuestra paisana de Moreleja del Vino; y uno titulado " La Depuración Franquista del Magisterio Nacional en el Norte de Zamora - 1936 -1939" de D. Lucio Martínez Pereda, Centro de Estudios Benaventanos Ledo del Pozo.

La calidad de la enseñanza es la base del progreso de una Nación, y con la enseñanza no se puede jugar. Hemos de de inculcar a los alumnos ideas claras para obtener resultados sólidos.

Desgraciadamente, no vivimos los mejores momentos en cuanto a noticias sobre la calidad de la enseñanza, tal vez, motivado por esa corriente de la "titulitis", con la finalidad de adornar los currículum, con titulaciones, a veces, vacías de contenido. La buena calidad de la enseñanza debe ser el objetivo de todo centro educativo y a todos los niveles.

Hemos de educar en el esfuerzo, en el estudio y dejando muy claro, desde el primer día, a los alumnos, que en la escuela, en el colegio y en la universidad no se reala nada. Los títulos se obtienen estudiado concienzudamente y haciendo los cursos e investigaciones exigidas y superando las pruebas.

El aprendizaje comienza en la infancia y finaliza con la muerte. Toda nuestra vida es un acto permanente de aprendizaje y de exigencia. Recuerdo una frase que dice "Si al joven si se le poco, no da nada y si se le pide mucho da más.

Pedro Bécares de Lera