Finalizaba el año de 1808, cuando en aquellos gélidos días del mes de diciembre, el césar de la guerra, Napoleón Bonaparte, se dirigía presurosamente desde Madrid hacia Astorga con el fin de comandar el enfrentamiento al ejército inglés que avanzaba hacia Benavente al mando del teniente general John Moore.

En la tarde del 28 de diciembre, según la tradición, Napoleón llegó a la localidad de Castrogonzalo y allí pasó la noche, alojándose en la casa rectoral del párroco de la iglesia de San Miguel en el Barrio de Arriba. Estaba situada en la Plaza de la Laguna, nombre este debido a que en aquella explanada existía en la antigüedad una laguna destinada al aprovechamiento del agua para el ganado.

Escogió Napoleón aquella casa, tal vez por su condición de rectoral y su situación estratégica con salida hacia dos calles y en la parte alta de la población. Verdaderamente, el líder francés no se andaba con miramientos a la hora de confiscar, ocupar y arrasar, si fuera preciso, viviendas, hospitales, iglesias y monasterios.

Castrogonzalo era una de las localidades que integraban "las Tierras del Conde de Benavente". Su nombre proviene de un mozárabe que, según se documenta en una escritura del 936 se le llamaba "Castrum Gundisalvo".

En la mañana del 29 de diciembre, la vanguardia de las tropas napoleónicas, compuesta de tres escuadrones de caballería al mando del general Lefebvre llegó a las inmediaciones del Esla y allí se enfrento a los ingleses, donde fue capturado el general y muerto su caballo. Se asegura que Napoleón había visto el desarrollo del episodio desde los altos del terreno.

A las puertas de Benavente se produjo una fuerte refriega con cientos de bajas por ambos bandos y numerosos prisioneros, entre los que figuraba el general Lefebvre. El ejército expedicionario inglés, después de frenar a las tropas napoleónicas en Benavente, retrocedió hacia La Coruña donde embarcó de regreso a su país. La huida de los ingleses hacia La Coruña a través de Astorga y El Bierzo leonés, constituye uno de los episodios más notables de la Guerra de la Independencia en tierras de Castilla.

Benavente y su comarca fueron víctimas del conflicto con la pérdida de iglesias, conventos y hasta de una fortaleza que existía desde la Edad Media. Tres días de saqueo y destrucción dieron al traste con la posibilidad de mantener intacto su patrimonio monumental.

Tras la que los franceses denominaron la "Carrera de Benavente", Bonaparte llegaría hasta Astorga y luego regresaría a Francia. No volvería a pisar la Península Ibérica.