Nuestra cultura está basada en la palabra. El mero conocimiento memorizado, no garantiza sabiduría. Hemos elaborado la vida con la experiencia de la palabra, condicionando todo a la sistemática "realidad" del verbo.

Considero que la educación debe huir del insulto, de las malas formas, de la inquietante palabra que brota del histerismo. La educación, modesta opinión, debería ser un acto de valor y amor. Huir del debate, de la discusión creadora, de la fuerza del silencio es la antítesis de la educación.

Es importante ver que en la armonía se encuentra la posición más humana del hombre. Insultar y descalificar es muy fácil, la lengua le suele dar consentimiento a todo lo que no está tamizado con el pensamiento. Y claro... Unos días insultamos a un futbolista, otros a un cantante y otros al vecino de al lado.

El irracionalismo es un juguete del odio, muestra las agudas disputas del yo y la percepción.

¿Transformar el insulto en reflexión? Depende de cada uno de nosotros. El irracionalismo acentúa la palabra y desprecia cualquier matiz de diálogo.

Es verano, mejor no calentarnos mucho la cabeza...

Meteré un carta en una botella y la lanzaré al mar.

¿Llegará a Es Freus?

No quiero que el tiempo nos venza. Es tan ávido de saber... Sabe que la tragedia de la muerte desangra el corazón y condena al que queda al sufrimiento. El delirio de mi locura eres tú, fuente natural de inspiración y cariño.

Aprendí a buscar en el conocimiento el camino del amor y entre el instinto y la pasión apareciste tú. Eres el eco que da sonoridad a mi alma, el camino difícil y laborioso de amar al amor: el amando...

Me abruma pensar en la ausencia definitiva, a diario le mando recados a Dios, le hablo de la necesidad de abrazarte, hasta de prepararte una tostada con té.

No creo en el enamoramiento, suspira con la misma profundidad que olvida, tampoco me gustan las cosas que nacen de la pretensión. Prefiero guardar la apariencia de serenidad durante la ausencia, vivir junto a tu corazón y pedir compensación al destino.

¿Por qué mi vida tiene un fondo de la tuya?

Sin darme cuenta, hace ya algunos años, te reconocí en la amplitud de la palabra amor. Hay una canción, preciosa, por cierto: el amor de mi vida has sido tú...

Tus décimas, me hablan de la existencia, todos los números plantean una dificultad. No quiero que el tiempo nos venza sin poder calmar la sed de la vida uno al lado del otro.

Aceptar la vida es despreocuparse de vivir. ¿Lo hacemos juntos?