El liberalismo como forma de la acción política es aparentemente mayoritario en los países de la UE. Casi todos los partidos políticos, exceptuados los antisistema, populistas y social-comunistas anticapitalistas admiten un componente liberal sui generis. El nuevo liberalismo nacido en Europa después de las terribles experiencias totalitarias del nazismo y del comunismo es el resultado de los esfuerzos de los políticos católicos, fundadores de la UE Adenauer, De Gasperi y Schuman. Ellos concibieron una modelo político para Europa fundamentado en los derecho humanos, como las raíces profundas para edificar una Europa en la que fuera posible más bienestar, más movilidad social, más garantías para superar las crisis económicas, más y mejor nivel social y como está pasando en estos días más preocupación para acoger emigrantes y refugiados. Pero ese modelo liberal europeo corre hoy serios peligros porque los derechos humanos fundamentales, no se respetan en su integridad sino que se someten a votaciones de mayorías parlamentarias. Como sucede con derechos fundamentales como el derecho troncal y fundamental a la vida, a la libertad de conciencia, a la libertad religiosa, libertad de expresión (?). La dignidad de la persona humana que es anterior a cualquier otra norma positiva del Estado es violada legalmente en nombre de las mayorías o minarías, como se puede verificar en la mayoría de los estados de la UE. Los diferentes liberalismos políticos actuales europeos adolecen en muchas ocasiones en pasar por alto en sus legislaciones derechos humanos, porque todos las personas no son libres e iguales ni tienen la dignidad natural de ser creadas a imagen y semejanza de Dios. La persona humana que vive en una sociedad comunitaria está siendo negada por el individualismo egocéntrico o por el colectivismo impersonal y alienante. La unidad moral y racional del género humano, tal como vieron los grandes pares de liberalismo europeo, ha sido sustituida en la Europa de hoy por la unidad en la diversidad. La UE está cada vez más lejos de superar la problemática que se está planteando el paso de una Europa religiosamente homogénea y cristiana durante siglos a una Europa en donde cada vez más avanza el pluralismo religioso. Para dar solución a este esta conflicto algunos liberales ha introducido la ecuación liberal igual a laico (laicidad, laicismo) que supone un claro sofisma, porque si la sociedad es laica el estado es también laico, con lo que Europa no sólo se quedan sin las raíces cristianas que le ha dado unidad, sino que se implanta la fobia hacia el Cristianismo en general y hacia la Iglesia Católica en particular, como está sucediendo con frecuencia. Esto se explica porque para algunos gobiernos europeos el anticlericalismo es la forma que tienen de tratar la libertad religiosa. Esto liberales de izquierda y de derecha aún e mueven con las prejuicios de la irrelevancia de la religión en la vida pública, la religión está superada por la modernidad, propios del viejo marxismo.

Fidel García Martínez, catedrático de Lengua y Literatura, licenciado en Ciencias Eclesiásticas