Qué bien se lo monta el Ayuntamiento de Toro cuando de programar actividades culturales y lúdicas se trata. Magníficas Las Noches de Toro 2018, en las que hay espectáculos para todos los gustos. Bien por ese lado y magnífico cartel el de San Agustín. No me extraña que Toro triplique y cuadruplique su población, de forma puntual, en esas jornadas marcadas por la música, el ballet y el espectáculo en general.

Conozco a Tomás del Bien, alcalde de la ciudad de Doña Elvira y debo decir que Tomás es uno de esos políticos cercanos, que pisa a ras del suelo, consciente de que el puesto que le han dado las urnas no es vitalicio. Y se emplea a fondo tratando de hacer las cosas de una sola manera posible: bien. Y conozco a Sara Pérez Benito, su concejala de Cultura, una mujer encantadora, que se arremanga cuando hay que hacerlo, con tal de que su área brille. Tiene un palmarés brillante la edil toresana, desde el lujo que supuso la presencia de Ainhoa Arteta en plenas Edades del Hombre, hasta el día de hoy. En alegría, en festejos, en saber hacer las cosas bien, Toro nos saca una ventaja difícilmente superable. El espectáculo de "Un piano y 200 velas" que se celebró en el Palacio de Requena fue de nota, ¡espectacular! Con la de rincones maravillosos que tiene Zamora y que poco partido se les saca. Se me ocurren infinidad de lugares, empezando por el Consejo Consultivo y acabando por cualquiera de esos templos románicos, extramuros, prácticamente dejados de la mano del hombre, Dios siempre permanecerá en ellos, que podrían utilizarse para dar pequeños y grandes conciertos que serían un aliciente en el aburrido verano zamorano.

Teniendo como tenemos a medias Toro y Zamora, un compositor de categoría como David Rivas, cuyo salto internacional es un hecho, no entiendo cómo no se le incluye en más actividades, cómo no se le deja que organice algún concierto diferente, especial, en el que reine la música que por algo es lenguaje universal. Las Noches de Toro 2018, todavía vigentes, han contado y cuentan con un plantel que en la capital ni por asomo. Hombres G, Maldita Nerea, Pablo López cuya actuación será en otro lugar emblemático, las Bodegas Divina Proporción que dirige Maxi San José, situadas en el Camino del Cristo, un camino cuyo deplorable estado es una vergüenza para la institución responsable de su mantenimiento. Y, junto a todos ellos, y los que me quedo en el tintero, también Los Brincos. ¡Menudo sorbito de champán del bueno!

En Toro siempre se tiene muy presente a la infancia y para los niños también hay espectáculo, La Bella y la Bestia y El Rey León, así lo ponen de manifiesto. Y para los amantes de lo clásico, el maravilloso Ballet de San Petersburgo. ¿Hay quién dé más? Incluso en Madridanos, las fiestas en honor de San Esteban tienen divertimento, glamur, peñas que son una gozada y alegría a raudales. Por estos lares capitalinos la alegría se intuye pero no se ve de la forma que se ve en otros puntos de la provincia y es una pena porque nos estamos machacando la moral.

Los responsables de lo propio en Zamora ni espíritu tienen para organizar las noches caniculares de forma atractiva, una forma que nos permita salir de casa. Todos los años, más de lo mismo y de ahí no salen. Hay que diversificar pero quizá eso sea mucho pedirle a la concejala de turno que de sota, caballo y rey no sale. A lo mejor en las fiestas de Septiembre, si es que en Septiembre hay fiestas, nos sorprende agradablemente. Y si no que se mire en el espejo de Toro, Tomás y Sara.