L a estrategia informativa digital para conseguir lectores está cambiando. Consiste curiosamente en alimentar la duda con los titulares que antes el viejo periodismo utilizaba para captar la atención sobre la noticia resumiéndola desde el primer fogonazo.

Ya no tanto. Al lector, según parece ser, no hay que excitarlo con la posibilidad de enterarse de algo interesante o extraordinario. Basta con el clic. Cuantas más veces haga clic, mejor.

Así que en vez de responder a la pregunta desde el propio encabezado, lo que el encabezado propone es un suspense de cuarta división.

Cómo ha reaccionado fulano ante esta u otra cuestión; pasen y vean. O sea, clic.

En el periodismo de toda la vida los titulares no eran para hacerse preguntas sino para responderlas. Pero en la actualidad digital, el titular significa la antesala de una pulsación que eleva la audiencia, a veces de manera extremadamente tramposa porque el contenido que se oculta a la vista no es ni remotamente parecido a lo quela invitación del encabezado propone. Y como uno no lo sabe, muerde el anzuelo.

Por ejemplo, engancha más "¿qué maneras existen para hacer crecer un negocio?" que "esta y la otra son las mejores maneras para que un negocio crezca". Esto último sería más periodístico, pero lo primero acerca al clic, que es la sagrada unción.

¿Quieren saber cuánto les ha subido Sánchez los salarios a sus ministros y asesores? En vez de Sánchez les ha subido el 30 por ciento del sueldo a sus ministros y el 25 por ciento a sus asesores.

Ahora sí cabría una pregunta: ¿forma parte esto de la regeneración anunciada por el presidente de Gobierno?