Había algo incomprensible en el cierre con Pablo Casado de la crisis del PP. Era claro el origen de esa crisis -una situación de corrupción extendida- y también que Casado, pese a carecer de biografía en zonas de riesgo, tenía una cuenta pendiente (de aclarar, al menos) con el Master. ¿Por qué fue elegido entonces en el Congreso del PP?. Esa es la verdadera cuestión. La respuesta no puede ser otra que el PP no ha asumido todavía ni la gravedad que tiene la corrupción de los servidores públicos, ni la realidad de la que ha venido habiendo en el partido, ni el deseo ciudadano de erradicarla. Debido a ese grave error, el riesgo de que el cierre en falso de la crisis del PP siga haciéndolo deslizar por la pendiente es grande. Un asunto de veras preocupante, pues, pese a todo, el PP es el único baluarte, por la derecha, frente al desmadre populista de estilo francés o italiano.