Urraca, sobrina de la histórica Doña Urraca de Zamora y su hermanastra Teresa, las dos hijas del rey Alfonso VI, reinaron en Galicia y León protagonizando continuos enfrentamientos por dominar los territorios que habían heredado de su padre.

Urraca era hija de Alfonso VI y de la reina Constanza de Borgoña. En 1095 Urraca contrajo matrimonio con Raimundo de Borgoña, un noble borgoñón que llegó a León para colaborar con Alfonso VI en la cruzada que organizó contra los moros que asolaban sus reinos.

La otra hija de Alfonso VI y de Jimena Muñoz, Teresa, contrajo matrimonio con Enrique de Borgoña. El rey había llegado a contraer hasta cuatro matrimonios, y también tuvo relaciones extramatrimoniales con la princesa Zaida. Finalmente, también mantuvo relación extramatrimonial con Jimena Muñoz, con la que tuvo dos hijas: Teresa, madre del primer rey de Portugal y Elvira.

El monarca dividió su reino en dos partes: el reino de Galicia se lo concedió a Urraca y Raimundo, y el condado de Portugal, que comprendía las tierras entre los ríos Duero y Miño lo cedió como dote a Teresa y Enrique.

De las contiendas que surgieron entre ambas hermanastras jugó un importante papel la ciudad de Zamora, que era un objetivo preferente del conde de Portugal Don Enrique y de su mujer Doña Teresa.

En un principio, la reina Urraca cedió Zamora a Don Enrique y su esposa Teresa y habiendo fallecido don Enrique de Borgoña en Astorga el 22 de mayo de 1112, Doña Teresa vino a Zamora a residir con todos sus cortesanos y con su hijo Alfonso que contaba tres años de edad. Ella se daba nombre y aires de reina en cuantas ocasiones se le ofrecían. Con tales pretensiones de realeza, llevó a cabo el acto de armar caballero a su hijo Alfonso en la Iglesia del Salvador que ocupaba el sitio de la actual Catedral. A este hijo, que se llamó Alfonso Enríquez, para distinguirlo de su primo el hijo de Doña Urraca, futuro rey de León y Castilla, Alfonso Raimúndez, le correspondió ser el futuro primer rey de Portugal.

La muerte de Doña Urraca de León promovió los discutidos derechos de sucesión al trono de los dos Alfonsos. El joven hijo de Doña Urraca fue coronado el la Catedral leonesa en el mismo año del fallecimiento de su madre, 1126. Su tía Doña Teresa, con sus tendencias separatistas, tomó la vuelta a sus estados lusitanos, dejando a disposición del joven rey Zamora, Toro y los demás territorios que había ocupado la pretendida reina.