Resulta curioso leer a Laura Rivera su particular visión del Pleno del Ayuntamiento de Zamora del pasado viernes. Y digo que resulta curioso porque únicamente hace mención a lo que su equipo de Gobierno mejor sabe hacer, insultar y menospreciar al Partido Popular.

Dado que de gestión el bipartito de Izquierda Unida y PSOE en el Consistorio de la capital va bastante justito en estos tres años, a Laura Rivera se le olvida lo verdaderamente importante de la sesión plenaria de la pasada semana.

Y ello no fue otra cosa sino la presencia de los representantes de cerca de una veintena de asociaciones vecinales de la ciudad que claman contra su nula gestión, su escasa transparencia, su falta de comunicación y, en definitiva, del lamentable estado de los barrios de la ciudad. Por cierto, unos barrios que son competencia directa de Laura Rivera junto a Miguel Ángel Viñas.

En su artículo de hace unos días, Laura Rivera demostró que tiene una brillante memoria selectiva. No cuenta que, por ejemplo, los representantes vecinales (que no fueron a pasar la mañana a escuchar las excusas del equipo de Gobierno sino a tratar de buscar soluciones que no llegan) expusieron sus quejas. Cualquiera que pasee por la ciudad puede ver cómo se encuentra Zamora, más abandonada y más sucia que nunca.

Los barrios de la ciudad se quejan, y con razón, del olvido al que este equipo de gobierno está sometiendo a todos y cada uno de ellos. Buenas palabras, mejores fotos, pero cero realidades. Y eso es lo que les piden los vecinos de Zamora? realidades. Que se olviden de marear la perdiz, que trabajen, que se pongan manos a la obra y que inviertan el dinero que recaudan, cada vez más, en Zamora y en los zamoranos.

Es de agradecer la valentía con la que las asociaciones de vecinos de Zamora en un Pleno y de manera pública, con Artemio Pérez a la cabeza, hacen frente al equipo de gobierno a sabiendas de las consecuencias que ello puede tener. Los barrios necesitan que se arreglen las aceras, que se adecenten los jardines, que se invierta en los parques, que se mejore el alumbrado, que se coloquen contenedores nuevos porque los de segunda mano que compraron hace pocos meses ya están rotos (no se podía esperar otra cosa)? en definitiva; esperan que Francisco Guarido y Laura Rivera pisen los barrios y vean la verdad de las calles de Zamora porque, encerrados en su mundo de moqueta y despacho oficial, se han olvidado ya de cómo está la ciudad.

Zamora ha perdido tres años, y mucho nos tememos que vamos camino de un cuarto, con Izquierda Unida y PSOE. El cambio en la ciudad ha sido un cambio a peor, a mucho peor. Ni se escucha a los barrios ni se deja hablar a la oposición. El talante de Guarido es el de un hombre abatido, sin ideas y sin ilusión por Zamora. Un equipo de gobierno que pasa de dar explicaciones y obvia la celebración de la Comisión de Urbanismo en la que tendría que contar los motivos por los que seguimos sin saber nada de la obra parada del Banco de España, de los trabajos en el Centro de Adultos, del penoso estado de Valorio y otras zonas verdes, de la falta de un plan de choque en los barrios para arreglar de manera urgente sus socavones, baches y otros desperfectos, o cómo se encuentra la situación de la ampliación de la fábrica de Gaza, una situación ante la que Guarido volvió a echar balones fuera para eludir su responsabilidad? Ni Laura Rivera ni Francisco Guarido han dado solución a los problemas de los zamoranos. Ambos, con su memoria histórica tienen más que suficiente. Una memoria selectiva, por supuesto, tal y como lo hizo en su artículo de hace unos días Laura Rivera en su valoración del Pleno demostrando, una vez más, que se olvidan de los vecinos y de los problemas de los barrios.

Por cierto, Antidio Fagúndez, como siempre, un simple espectador en un Pleno en el que ni se inmutó cuando Guarido trató de quitarle la palabra a Artemio Pérez. El PSOE, en su línea, mimetizado en IU.