La situación en nuestra ciudad es descorazonadora. Hay que echarle al asunto mucha ilusión como ha hecho el grupo inversor del Zamora, muchas horas de trabajo, muchas ideas, mucho coraje y muchas ganas de impedir caer en la sima a la que la ciudad se asoma desde hace algún tiempo. No hay más que ver el estado lamentable de calles en otro tiempo emblemáticas como la de San Torcuato, que están poco más o menos que en liquidación, calles que se mueren, donde el boyante comercio de otro tiempo ha ido desapareciendo por inanición, por hastío, por dejadez, por jubilación o vaya usted a saber. En Zamora nos cuesta reconocer algunas cosas, sobre todo si de carencias y defectos se trata. Luego, con echarle la culpa a la política y a la mediocridad de algunos políticos, tan contentos.

Hay que invertir en Zamora. Hay que sacarla del atolladero en el que, entre todos, la hemos metido. Y hay que hacerlo sin miedo, sin echar cuentas, que también, sabiendo que al principio todo cuesta un poco pero que luego el camino se allana. Necesitamos empresarios valientes. Posiblemente haya más de un ejemplo, pero me viene a la memoria, Amando Rodríguez, presidente del Grupo Recoletas, propietario de la Red de Hospitales Recoletas de enorme implantación en Castilla y León, y cuya expansión por el resto del territorio nacional es imparable.

Amando Rodríguez es de esos empresarios valientes que en su día apostó por Zamora y en ella continua, al cabo de más de una década, y habiendo logrado situar al único hospital privado de Zamora, como un centro de referencia. Un centro que trabaja estrechamente con el Sacyl. Los comienzos fueron sumamente difíciles, pero Amando perseveró. Los comienzos no auguraban la continuidad, pero Amando tuvo la necesaria confianza y aquí está viviendo una etapa feliz, apostando fuerte por Zamora y dispuesto a emprender nuevas aventuras. Es de agradecer. Porque este hospital también ha generado puestos de trabajo y expectativas y además, junto al resto de centros del Grupo ganan todos los concursos del Sacyl. Por algo será.

Amando Rodríguez ha demostrado tener una fe inquebrantable en Zamora y en sus posibilidades y a poco que le faciliten las cosas no me extrañaría que su presencia en Zamora conlleve más posibilidades relacionadas con la Sanidad. Puede que alguna unidad pionera. Con este emprendedor nato que ha sabido hacer frente a la crisis, cabe esperar cualquier actuación que siempre será buena, que siempre será positiva para Zamora y sobre todo para los zamoranos que estamos muy pasivos y hay que espolearnos. A ver si con ejemplos como el de Amando se consigue algo.

Quizá, Zamora está necesita de muchos empresarios como Amando Rodríguez y de muchos empresarios como Alfredo Ruiz Plaza, del Grupo Vivir, un ejecutivo de éxito que todavía no me creo que haya recalado en Zamora para arrimar el hombro, en este caso desde el deporte, y situarnos en el mapa. Personas así son muy necesarias porque nos devuelven la confianza perdida, la confianza en nuestras posibilidades. Me encanta sobre todo el optimismo de personas como Amando y Alfredo, frente a algunos muermos locales y provinciales que solo saben lamentarse y no apuestan por Zamora ni aunque les vaya la vida en ello.