Por infinitas razones cada día estoy más convencida que entre tanta felicidad se ahoga nuestra esencia. Ahora bien: está felicidad tan de plástico, tan de ocasión, tan absurda, es consecuencia del postulado de las redes sociales. Por su puesto, que es una humilde opinión.

Lo que importa de verdad; es estar agusto con uno mismo. Y aparentar felicidad es una de las inciertas formas de ser infeliz. El camino de la vida está jalonado de pasiones humanas: amargura, tristeza, preocupación, sufrimiento y así un largo etcétera. ¿Dónde las escondemos?

Las nuevas jerarquías modernas no nos permiten estar tristes. La misión de las redes sociales, por lo visto, es exponer vidas de color de rosa. ¡Vaya lata ir a la playa y no poder mojarte el pelo! Sí, quedaríamos despeinados para la foto que posteriormente vamos a publicar en...

Estamos viviendo tiempos de destierros, hemos mandado a la sala del olvido lo verdaderamente importante, posiblemente sin mala intención. El rostro asimétrico de la tecnología por un lado nos sonríe y por otro nos sepulta. No obramos igual que antes, me refiero a cuando una lágrima se veía con la misma naturalidad que una sonrisa. Antaño se lloraba de frente, ahora con el ritmo trepidante de la vida, las lágrimas antes de llegar al lacrimal se han evaporado.

Felicidad, por ejemplo, es hablar sinvergüenza con uno mismo y desnudar el corazón.

Voy a ello...

Amor: No quiero que el tiempo nos venza. Es tan ávido de saber... Sabe que la tragedia de la muerte desangra el corazón y condena al que queda al sufrimiento. El delirio de mi locura eres tú, fuente natural de inspiración y cariño.

Aprendí a buscar en el conocimiento el camino del amor y entre el instinto y la pasión apareciste tú. Eres el eco que da sonoridad a mi alma, el camino difícil y laborioso de amar al amor: el amando... Me abruma pensar en la ausencia definitiva, a diario le mando recados a Dios, le hablo de la necesidad de abrazarte, hasta de prepararte una tostada con té.

No creo en el enamoramiento, suspira con la misma profundidad que olvida, tampoco me gustan las cosas que nacen de la pretensión. Prefiero guardar la apariencia de serenidad durante la ausencia, vivir junto a tu corazón y pedir compensación al destino. ¿Por qué mi vida tiene un fondo de la tuya?

Sin darme cuenta, hace ya algunos años, te reconocí en la amplitud de la palabra amor. Hay una canción, preciosa, por cierto: el amor de mi vida has sido tú... Tus décimas, me hablan de la existencia, todos los números plantean una dificultad. No quiero que el tiempo nos venza, sin poder calmar la sed de la vida, uno al lado del otro.

Aceptar la vida es despreocuparse de vivir. ¿Lo hacemos juntos?

Hay muchas maneras de ser feliz... Acabo de encontrar una.

Un abrazo lleno de abundante calor. Gracias.