El Jefe del Estado español, el rey Felipe VI, ha demostrado tenerlos muy bien puestos, me refiero s sus reales cataplines. El independentismo catalán, con la inestimable ayuda de Podemos y la indiferencia unas veces y tibieza otras del PSOE, quiere ponerlo contra las cuerdas. Los Torra y compañía lo han convertido en el objetivo a batir mediante el que pretenden canalizar su desafío al Estado de Derecho. Lo inentendible es que el presidente surgido de la moción de censura no muestre la firmeza que todos los españoles esperamos y deseamos ante los embates de los secesionistas que se permiten cuestionar al Monarca y tratarlo como si de una marioneta fuera.

Los constantes ataques al rey de España se han intensificado en las últimas semanas de una forma vergonzosa. Curiosamente la intensidad coincide con el triunfo de la moción de censura. El Govern, por boca de Torra, da por rotas las relaciones con la Corona. Hace falta ser imbéciles para realizar según qué planteamientos. Los españoles empezamos a estar asqueados y preocupados por la postura ambigua del Ejecutivo patrio.

Vamos a ver, ¿quién diantre es Quim Torra para vetar la presencia de Felipe VI en los actos conmemorativos del primer aniversario de los atentados yihadistas en Cataluña? Este tipejo todavía no se ha enterado que mientras el rey Felipe goza de reconocido prestigio internacional, el presidente dela Generalidad de Cataluña no es nadie. Lo conocen quienes lo tienen que conocer, en Catalonia y el resto de España porque todo el santo día nos están bombardeando, yo la primera, hablando de las gilipolleces que en lo cotidiano hace y dice este personajillo de opereta.

El rey de España no es un tonto el haba. El rey de España mantiene su compromiso con Cataluña y acudirá a esta comunidad siempre que lo refrende el Gobierno y su presencia sea oportuna para los intereses generales del país. El problema puede estar en lo del refrendo del Gobierno de España. Viendo las no actuaciones de Pedro Sánchez al respecto del ninguneo y las humillaciones que pretenden hacerle al Rey, cabe que la prepotencia y el orgullo del que hace gala el presidente de la moción, le impida apoyar al monarca. Todo puede ser. Ahí le tiembla excesivamente el pulso a un Pedro Sánchez que se hace caquita sólo de pensar que lo puedan sacar de la Moncloa y no pueda enseñar a sus invitados, casualmente sólo a los independentistas, los jardines de su residencia coyuntural. Porque parece tal que fuera a ser el inquilino permanente del conocido palacete. Este no se ha percatado todavía de que está de paso.

El reinado de Felipe VI, digan lo que digan los que sueñan con ver la tricolor ondeando de todos los mástiles de España, está siendo impecable e implacable con los que quieren romper la unidad de España. El rey ha hecho de la Constitución y su cumplimiento su guía. Su Majestad no se sale del mandato de la Carta Magna pero también se empeña en hacerla cumplir. Y no como pretenden cuatro majaderos con ganas de liarla, y estos tibios que han empezado a construir su gobierno por el tejado, justo por lo que menos falta hace, frente a las verdaderas necesidades de los españoles. Y en ello están empeñados quienes se olvidan que el Rey de España, como jefe del Estado es "símbolo de su unidad y permanencia", que pasa de humillaciones y ninguneos y que con dos reales cataplines, ha vuelto a dar una lección a los sediciosos.