Osea, que si a usted o a mí se nos ocurre salir por Zamora en pelota picada, la detención sería inmediata por escándalo público, por exhibicionismo o por lo que hubiera dictado la Norma, el Código Penal o lo que sea. Sin embargo, durante la celebración del Orgullo Gay, se pudo ver por Madrid a infinidad de personas, hombres y mujeres, como Dios los trajo al mundo. La mayoría de ellos, debido a su morfología corporal, parecían miembros de una famélica legión sacada de los campos de concentración nazis y nadie se escandalizó, nadie dijo nada al respecto. Ni pudor, ni vergüenza, ni respeto, ni dios que lo fundó. Pero a ese alarde hay que aplaudirlo, jalearlo, ensalzarlo y defenderlo. ¡Cojonudo!

Si hay que fomentar la igualdad, ese no es el camino, porque por la misma regla de tres, estos días de tanto calor, cualquier ciudadano español tiene derecho a quedarse en pelotas y de semejante guisa realizar sus compras, pasearse por calles y plazas o lo que sea. Igualdad para todos. Que yo veo muy bien que el orbe gay se entregue a celebrar su día o los días que sean necesarios pero, repito, ese del exhibicionismo, de la desnudez total, de la provocación no es el que les conviene. Este Gobierno, que confunde tolerancia con permisividad, que enseguida se presta a salir en la foto, que jalea estas y otras situaciones, lo que tiene que hacer es predicar con el ejemplo. Empezando por el presidente. Me da que tiene un buen desnudo. Pero, eso, que lo hagan los gays, transexuales, lesbianas y todo el colectivo al completo, ¿verdad presi?.

En este país de gilipollas en el que algunos pretenden convertir España, cabe eso y cabe también el hecho de que se garantice a los alumnos musulmanes el derecho a recibir enseñanza religiosa islámica en los centros docentes públicos españoles y que la enseñanza en cuestión sea impartida por profesores designados por la Comunidades pertenecientes a la Comisión Islámica de España y que sin embargo para impartir la enseñanza de religión católica, todo sean trabas, todo sean problemas cuando no la oposición directa de los sabios gubernamentales. No caen en la cuenta de que Europa es un continente de raíces cristianas. Quieren borrar del mapa absolutamente todo lo que huela a religión católica pero no les importa que la religión islámica se imponga, con todos sus inconvenientes que son más que convenientes.

Para los machistas es la religión ideal, para las mujeres no. Y mucho menos para las feministas que no tienen cabida en esa doctrina. La sumisión y la cosificación de la mujer es lo único a lo que atiende la religión islámica. No voy a comparar, pero sí quiero protestar que se relegue de la forma brutal que se hace a la cruz y sin embargo se adapten y adopten los símbolos islámicos. No entiende ese odio de ciertos sectores de la izquierda hacia la cruz y todo lo que representa la Iglesia católica. El caso es que luego, a sus nenes, los llevan a centros concertados, dirigidos por religiosas, donde les aseguran una buena enseñanza. Es curioso.

En este país de gilipollas en el que algunos quieren convertir España, no es bueno dejarse guiar por los preceptos podemitas. Son ellos, precisamente, los que más han combatido la religión católica y su enseñanza. Se les llena la boca de igualdad, pero sólo cara a la galería, en aquello que provoca. Lo relevante les importa un bledo.