Cuántas veces se lo he oído decir al Coronel José Andrés Cuéllar: Zamora es un vivero importante de almas para las Fuerzas Armadas españolas. En conducta, rendimiento escolar y comportamiento militar, los jóvenes zamoranos que pasan por las distintas academias militares son sobresalientes y alcanzan el sobresaliente entre otras muchas distinciones que acreditan su valía y su coraje. En la Academia General Militar de Zaragoza, centro de enseñanza superior del Ejército de Tierra español, cursan estudios un buen número de jóvenes zamoranos. Creo que estoy en condiciones de poder decir que lo de todos ellos es vocacional y no una salida laboral como pretenden algunos maledicentes.

La mayoría de los alumnos van en pos de un sueño. Hay que emplearse a fondo para lograr hacerlo realidad. El noble compañerismo que forjan en la Academia, las horas de estudio y dura instrucción, la disciplina y todo aquello que proporciona una sólida formación física, moral, técnica e intelectual forman parte del día a día de todos ellos. Porque nada se deja al albur. De las academias militares salen buenos, leales y grandes españoles. Hombres y mujeres para los que el sueño de ser militar comenzó antes de su ingreso en la academia correspondiente. Hombres y mujeres que no pueden disimular su satisfacción de haber logrado "estar dentro", después de superar no pocos procesos y fases.

Uno de esos jóvenes que, alentado por su propia madre que conocía sus anhelos, ha hecho realidad su sueño, es zamorano, se llama José Carlos Martínez Benayas. Lleva dos años en la Academia Militar de Zaragoza, todavía le queda un trecho importante que recorrer, sólo que le cabe el honor, al finalizar su segundo año, de haber sido distinguido como Mérito Escolar de la citada Academia, por haberse hecho merecedor de dicha distinción, atendiendo a su conducta, rendimiento escolar y comportamiento militar sobresaliente.

En cuestión de días, el próximo 20 de julio partirá, junto a otros cuatro compañeros, hacia Estados Unidos, país en el que permanecerá hasta el 21 de diciembre donde les espera otra academia emblemática, West Point, el instituto de formación militar más antiguo del país, donde a buen seguro ampliaran su formación. José Carlos es uno de los ejemplos que a buen seguro refuerza con creces la tesis del Subdelegado de Defensa en Zamora. Los aspirantes procedentes de esta provincia obtienen siempre unos resultados notables, por encima incluso de la media nacional.

Zamora perdió desgraciadamente al Regimiento Toledo, Defensa Contra Carros, que tanta vida le dio, el cuartel ahí sigue reconvertido en lugar de enseñanza, pero afortunadamente no ha perdido ese espíritu castrense que impregna el ánimo de tantos jóvenes como sueñen convertirse en militares, en ser militares, en defender de palabra y de obra su patria y su bandera. En estos tiempos difíciles en los que peligra la unidad de España, se necesita más que nunca, conocer a nuestras Fuerzas Armadas e interiorizar los valores constitucionales. Las Fuerzas Armadas pueden ser la meta para miles de jóvenes, como lo han sido para un buen número de zamoranos, como lo es para José Carlos Martínez Benayas, Un zamorano de primera en la Academia de Zaragoza, un zamorano en West Point.