guardias civiles quieren poder tatuarse como Grande-Marlaska (su ministro). Mujeres militares quieren poder tatuarse como sus colegas varones. ¿Por qué se tatúa la gente? Igual que los graffiti, son signos de ocupación virtual de un territorio, en el caso de los tatus el propio cuerpo. ¡Este cuerpo es mío, y hago con él lo que me place! También una seña de identidad, un modo de distinguirse un poco, con arreglo a un código gráfico vago, pero que funciona. Y, en fin, un inocente intento de afirmar la propia autonomía, y, en última instancia, la individualidad. Gestos inútiles, que deben ser más respetados cuanto más inútiles: la uniformidad de conductas, actos, gustos, gastos y gestos avanza tan deprisa, haciendo del paisaje humano una pista de cemento, que esos inútiles gritos (o susurros) personales deben ser escuchados con el tierno deleite que nos suscita un trino melancólico.