Sí, como ciudadana española que soy con deberes y derechos, quiero saber para quien gobierna Pedro Sánchez. Si lo hace para el conjunto de los españoles, de norte a sur y de este a oeste, incluidos ambos archipiélagos obviamente, o lo hace para los independentistas catalanes. El PSOE está en el urgente deber de decirnos de una puñetera vez a todos los españoles, cuáles y cuántas son las hipotecas contraídas por su líder y para quien gobierna. De lo dicho por Sánchez durante la moción de censura a lo hecho por Sánchez después de la moción de censura media un trecho enorme. Este presidente no es creíble. No dice la verdad o en el peor de los casos miente descaradamente.

Que la elección de los candidatos al consejo de Administración de la Corporación RTVE dependa de lo que Sánchez ofrezca a los secesionistas, dependa de su conversación con Quim Torra y que de entrada Sánchez ofrezca "libertad para hablar de la independencia" a un señor contumaz y en absoluto tolerante como Torra, es una felonía. No entiendo que el Psoe saque pecho ante lo que está ocurriendo. A Sánchez le importa un carajo España y el bienestar de los españoles. Desde que, complaciendo a su encantadora esposa, ha pisado por fin como titular la Moncloa, no ha hecho otra cosa que beneficiar a vascos y catalanes. Y el resto ¿qué? Si el resto tuviera cojones suficientes habría iniciado ya el baile de procesiones callejeras.

Pero en España ese tipo de procesiones las sabe organizar muy bien la izquierda con el apoyo inestimable de los sindicatos. La izquierda es la dueña del patronaje y no tiene más que coger la tijera y, ¡hala!, a cortar procesiones y más procesiones con pensionistas, con estudiantes, con mineros, con trabajadores de todo tipo. Algunos sectores deben estar ya muy contentos y con sus reivindicaciones satisfechas porque están mudos o puede que estén de vacaciones. En España los otoños calientes sólo los pueden anunciar los sindicatos.

Cómo es posible que dejen a ese energúmeno de Joan Tardá, cada día más encorvado por el peso de sus pecados, amenazar veladamente a Sánchez y decir que la elección de los candidatos a RTVE propuestos por el Psoe, conjuntamente con Podemos, depende de la manga ancha del presidente de España, bueno, del trozo de España que hasta ahora copa la información, el debate y todo lo demás. Hay cosas que Sánchez parece no entender cuando se muestra dispuesto a abordar ciertos temas. La unidad de España es innegociable. Y si no que ofrezca Perejil a los independentistas para que formen allí su país de nunca jamás. Pedro Sánchez está jugando con fuego y se va a quemar. Que no le haga mucho a las encuestas porque los que ahora dicen amarle, en el fondo le aborrecen. Dejó muchos cadáveres en su camino hacia la Secretaría General de su partido, cadáveres que se están revolviendo.

La inefable Carmen Calvo, ex ministra de Zapatero, un portento, ya ha ofrecido a Quim Torra "diálogo abierto y sin cortapisas". Y millones de españoles queremos saber que es para Sánchez un diálogo abierto y sin cortapisas. Sólo nos faltaba un presidente calzonazos con el independentismo. Calzonazos que el Psoe traviste de talante dialogante. ¡A otro perro con ese hueso tan remordido! Qué está haciendo Sánchez con España. Qué está comprometiendo. Qué está hipotecando. A donde nos va a llevar. Yo lo quiero saber, aunque lo intuyo.